Repara un viejo barco de Greenpeace en Portonovo para recorrer el mundo

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA

REBECA TIZÓN

El «Zorba» cambia la navegación ambiental por un periplo de cinco años

29 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Portonovo es tierra de grandes navegantes. Suso Leiro, con sus viajes al Polo Norte, abrió el apetito por las aventuras marítimas. Ahora otro vecino de esta villa marinera, Ignacio Bastos, Nacho, apuesta por una navegación de cinco años alrededor del mundo, utilizando como velero un antiguo barco de Greenpeace, el Zorba. El buque, de 18 metros de eslora, se encuentra actualmente en tierra en el puerto de Portonovo para una reparación a fondo, con la idea de que en unos meses regrese al mar y a la aventura. Nacido en Vigo, Nacho Bastos tiene a sus espaldas una larga trayectoria de experiencias deportivas marítimas y también náutico turísticas. La puesta a punto del Zorba es su última iniciativa.

Este velero llama la atención en el dique seco en Portonovo. Sus palos, su peculiar popa adornada y, en resumen, toda estructura, destaca a primera vista ante cualquier visitante que se acerque a la rada. El Zorba fue un encargo especial de un particular adinerado en 1977. Su diseño lo llevó a cabo Lauren Gills en madera de caoba y se fabricó en Valencia. «En su día era un barco lujoso y especial, de clase ketch», explica su actual propietario.

El tiempo fue pasando y a finales de los noventa el Zorba se le quedó anticuado a su primer propietario. «Le sacaron todos los lujos y lo acondicionó Greenpeace con energía alternativa y como su unidad medioambiental en el Mediterráneo», precisa Nacho Bastos. Y así el buque pasó de la magnificencia a la lucha ecologista.

No se equivoquen. El Zorba no participó en la defensa de las ballenas ni en algunas de las más espectaculares actuaciones ambientales de la organización ecologista. Su papel fue más modesto a ojos del gran público, pero igualmente importante. Greenpeace lo destinó a un programa de concienciación ambiental, de divulgación de la situación ecológica del Mediterráneo occidental, especialmente en el entorno de las islas Baleares. También tomó parte en alguna acción pequeña en la costa andaluza. «Era más de propaganda, iban voluntarios que ayudaban en su financiación y en acciones formativas», comenta su dueño actual.

Nueva etapa

Cuando el buque cumplió con sus cometidos, la organización ecologista decidió venderlo. «Conocía a gente en ese entorno [de Greenpeace] y llegó a mis manos en el 2004», rememora Nacho Bastos. En su nueva etapa y con base en O Grove, el Zorba se destinó a alquiler particular, a viajes turísticos contratados por las Rías Baixas.

Sin embargo, su dueño siempre ambicionó algo más y este año se ha decidido a dar el salto. En Portonovo se le está haciendo una renovación a fondo. «Quiero embarcarme en una nueva aventura, no iré solo, sino que se irá integrando gente en diferentes escalas». Cinco años de navegación por los cinco continentes, la vuelta al mundo. Ese es el reto.