Los clubes de agua hacen frente común contra el pliego de Campolongo

c.g.b. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La reunión con Agustín Fernández ha generado más inquietud entre las entidades

24 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No quieren más horas, quieren más calles. Los clubes deportivos de agua de Pontevedra han hecho un frente común contra el nuevo pliego de condiciones que regirán la explotación de la piscina de Campolongo y del futuro complejo deportivo de A Parda. «Vamos a seguir unidos para defender lo más preciado que tenemos: el agua», advierte Francisca García de Dios, presidenta del Waterpolo Galaico Pontevedra. Para ello están dispuestos incluso a crear una asociación que los aglutine: «Si nos unimos hacemos más fuerza que cada uno por su lado», afirma.

Son las palabras que ponen letra a las reuniones que llevan celebrando las cinco entidades de la ciudad durante toda la semana. El encuentro que mantuvieron el miércoles con el concejal de Deportes, Agustín Fernández, no les tranquilizó; más bien todo lo contrario. «A veces las de sincronizada tienen que hacer sus ejercicios acrobáticos en una o dos calles; las admiro, no sé cómo lo hacen. Nosotros trabajamos con muñecos grandes de plástico duro, y solo podemos poner un niño con un maniquí en una calle. Para intentar que puedan practicar todos, caben ocho; meter más alumnos en el mismo espacio es peligroso», lamenta la máxima responsable de Salvamento Pontevedra (Sapo).

Más alumnos cada día

La solución dada por el Concello, que pasa por repartir a los alumnos por distintas piscinas, no les sirve. «Si viene un padre con dos hijos no puedo meter a cada uno en un horario distinto por falta de espacio, porque son tres horas allí y no vienen», señala.

Y lo que precisan, además, no es restar alumnos, sino todo lo contrario: «Para mantener el club es necesario captar niños, la base es importantísima para todos nosotros. No es coherente la actitud que están tomando. No lo entiendo», se queja.

El problema parece radicar precisamente en las expectativas de futuro que mantienen ambas partes: mientras Fernández les insta a que lo planifiquen mirando hacia otras instalaciones y limitando su incremento de socios, los clubes apuestan por un horizonte -de 40 años- cada vez más poblado de alumnos.