La Guardia Civil tiene que elaborar ahora un informe relacionando estos vestigios biológicos con los puntos concretos en los que fueron obtenidos
11 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El instituto de toxicología ha remitido en los últimos días al juzgado de instrucción el resultado de los distintos análisis de ADN a las pruebas que la Guardia Civil recabó tras el brutal crimen de Secundino Prego Amil, de cuya muerte se cumplirá el próximo 2 de febrero el primer aniversario. Las fuentes consultadas excusaron el tiempo transcurrido, unos once meses, en la cantidad de restos biológicos que fueron recabados por los agentes.
Según confirmó en su momento la teniente fiscal de Pontevedra, Carmen Novo, si lo habitual es remitir entre una decena y una veintena de restos, en este caso concreto se recabaron más de doscientos. Ya entonces, la propia representante del ministerio público pontevedrés dejó entrever que su análisis se demoraría algunos meses, toda vez que había que tener en cuenta que, una vez esclarecido el suceso a nivel policial, el laboratorio de criminalística podría entender que había otros análisis más prioritarios relacionados con casos que aún no se han resuelto.
Una vez recibido el análisis del laboratorio, la Guardia Civil tendrá que elaborar un informe en el que cruce cada uno de estos vestigios biológicos con el punto en el que fueron obtenidos. A este respecto, la inspección de los agentes del instituto armado se centró especialmente en la casa unifamiliar de Chancelas (Poio) en la que residía el fallecido, el jardín donde fue localizado el cadáver de Secundino Prego y un galpón próximo a la vivienda y que está situado al paso de la PO-308, pero también, según trascendió en su día, se llevaron a cabo registros en los domicilios de las tres personas detenidas, dos de las cuales permanecen desde entonces en prisión, mientras que la tercera -el único varón- quedó en libertad tras comparecer judicialmente.
Por otro lado, entre los efectos que han sido objeto de estudio se encuentran la sartén y el bastón que supuestamente se emplearon para acabar con la vida del octogenario, así como una cuerda con la que, presumiblemente, habrían intentado asfixiarlo antes de matarlo a golpes. En este sentido, en su día, también se aludió a unos posibles restos de sangre que podrían haberse localizado en prendas de vestir o calzado, supuestamente, de los sospechosos.
Con relación a estos, el juzgado aún no se ha pronunciado con respecto a la petición de libertad de Albertina Táboas. Su arresto se precipitó después de que la segunda detenida, la joven Rocío Gondar, adquiriese un billete de avión para viajar a la República Dominicana, donde reside su por entonces novio.
Recta final de la instrucción
Todo parece indicar, en todo caso, que la instrucción del crimen de Secundino Prego ha entrado en su recta final. De hecho, y a no ser que las defensas o la Fiscalía soliciten alguna diligencia a mayores, las fuentes consultadas consideraron que esta fase concluirá en el momento en el que la Guardia Civil entregue al juzgado este informe.
Será entonces cuando se dicte el auto de apertura de juicio oral y las acusaciones delimiten tanto los hechos que consideren acreditados, así como las penas que solicitarán para cada acusado. También será el momento en el que deberán determinar si dejan fuera o no de las imputaciones al vecino de Monte Porreiro detenido en su día.
En principio, serán los nueve miembros de un jurado popular los que tengan la última palabra con respecto a la culpabilidad o no de las personas que se sienten en el banquillo de los acusados. En principio, y dado lo avanzada que se encuentra la instrucción de la causa judicial, las previsiones en el seno de la Audiencia de Pontevedra son que el juicio se podría señalar pasado el verano.
El laboratorio tuvo que analizar los más de 200 restos recogidos por los agentes