Sanxenxo y Vilaboa tienen tres meses para resolver las dudas de sus núcleos de litoral

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

Marín concluye una lucha de 10 años por normalizar los conflictos de su costa

21 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El tiempo corre en contra de Sanxenxo y Vilaboa si estos dos concellos quieren aprovechar la nueva Ley de Costas para solucionar los problemas de sus núcleos del litoral. La Administración estatal les ha dado de plazo hasta marzo para subsanar los datos y planos que Costas echa en falta en la documentación remitida el año pasado para justificar la rebaja de la línea de protección de los cien a los veinte metros en sus asentamientos tradicionales.

Esta es quizás la última oportunidad que tendrán para conseguir poner fin a un conflicto que lleva años latente y que a otro concello cercano, Marín, le llevó 10 años solventar. La situación de cada uno de los tres concellos es distinta, según indican desde la Xunta y el Estado, pero la justificación del grado de consolidación de estos núcleos o la prestación de servicios en 1988 es vital.

Si Sanxenxo y Vilaboa no logran convencer a Costas, con documentación acreditativa de que estos núcleos tradicionales cumplen, se quedarán fuera de la única disposición transitoria que ha permitido la normalización de núcleos pendientes en 25 años. Es decir, en Sanxenxo la línea de protección seguirá a los cien metros y los vecinos continuarán viviendo con la incertidumbre de qué obras pueden hacer en sus viviendas y empresas y cuáles no, mientras que en Vilaboa se quedarán incluso sin siquiera un reconocimiento de la existencia de sus núcleos. Y es precisamente el temor a las sanciones y a los derribos de viviendas, lo que intranquiliza a muchos de los afectados, que esperan también una solución viable para sus casos.

En el entorno de la capital provincial, solo en Pontevedra y en Bueu no existe este conflicto porque sus planeamientos dejaron perfectamente definidos los ámbitos de sus núcleos costeros y el Estado admitió sus propuestas. Los demás tuvieron que esperar a que el año pasado la nueva Ley de Costas abriese un período para que los ayuntamientos afectados enviasen al Ministerio de Medio Ambiente sus propuestas de normalización de núcleos para la rebaja de la línea de protección. El reglamento es estricto y se exigen una serie de requisitos que hace apenas unos días se ha sabido que solo Marín ha sido capaz de cumplir.

En este caso, la unidad de partidos políticos y vecinos, en una lucha que duró 10 años, y la aprobación del PXOM fueron claves. Casás, A Teoira y las mitades que quedaban pendientes de Loira y Aguete respiran aliviadas. Vilaboa lo tiene más difícil porque carece de un PXOM, mientras que Sanxenxo -que sí tiene sus núcleos reconocidos en su plan- tiene que demostrar que en ocho lugares es posible reducir la línea de afección de Costas.

Los concellos tienen una última oportunidad para rebajar la línea de los cien metros

polémica urbanística