Solo una quinta parte de los pontevedreses han resintonizado sus antenas de TDT

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La escasez de material dificulta la adaptación de las instalaciones

17 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Cerca del 80 % de los pontevedreses se quedarían sin televisión si los canales de TDT dejasen de emitir hoy en simulcast, tal como hacen actualmente. A partir del 31 de enero las cadenas, por mandato europeo, tendrán que dejar de emitir en frecuencia de 800 mhz para que esta sea ocupada por la tecnología 4G. En su lugar, tendrán que mudarse a la banda de los 700 mhz. Este es el cambio que les está costando ejecutar a los vecinos del municipio. Y no por dejadez.

Para empezar, el Gobierno central tardó mucho en definir las nuevas frecuencias y canales, según los antenistas autorizados que trabajan en la comarca de Pontevedra, que apenas suman algo más de media docena. Las nuevas directrices se dieron a conocer poco antes de que se abriera el plazo legal para adaptar las antenas, el pasado 26 de octubre.

Por ello, las empresas fabricantes de los componentes apenas tuvieron margen para producir material suficiente que les permitiera abastecer a todos los demandantes que les solicitan material; un número que, además, continúa incrementándose a medida que se acerca la fecha del supuesto «apagón»: el 31 de enero. La situación que se vive en la ciudad del Lérez no es única. Más al bien al contrario: está tan extendida que el Gobierno ya anunció ayer que está estudiando la posibilidad de ampliar el plazo previsto inicialmente. La prórroga podría llegar incluso hasta marzo.

De ser así, los profesionales del sector que operan en Pontevedra respirarían aliviados, admiten, ya que no se verían obligados ni a mantener el ritmo frenético que llevan, ni a tener que justificar constantemente su imposibilidad de acometer el trabajo a tiempo ante la escasez de material para llevarlo a cabo.

Pontevedra pasa, además, por ser una de las provincias que supera la media nacional en cuanto a número de viviendas y de habitantes afectados por la necesidad de adaptar sus sistemas de antena colectiva a las tres frecuencias que cambian. Según datos aportados por la Subdelegación del Gobierno son, de hecho, 16.400 los edificios equipados con monocanales o centralitas programables que deben afrontar este proceso. En términos de ciudadanos, esta cifra se traduce en 400.000 habitantes.