La marea blanca cumple un año de protestas y denuncia la pérdida de calidad asistencial

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CEDIDA

Profesionales sanitarios y usuarios anuncian que seguirán con sus movilizaciones para garantizar «un derecho que peligra»

14 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La denominada marea blanca en defensa de la sanidad pública de Pontevedra cumplió ayer un año. Sus impulsores lo celebraron como cada sábado en la plaza de A Peregrina de la ciudad, con una concentración en la que desplegaron pancartas y sus paraguas rojos. Aunque estaba previsto conmemorar estos doce meses de protestas en defensa de la sanidad pública y en contra de la privatización con música, al final no fue posible. La lluvia que cayó el viernes por la noche y que amenazó el sábado por la mañana obligó a suspender la actuación de Urgencias Sanitarias Jazz Orquestra. «Nos dijeron que se podían mojar los instrumentos y que no podían arriesgarse a venir en esas condiciones. Nos cogió de improviso, y no tuvimos margen de maniobra -explicó el médico Fernando Míguez-. A pesar de todo, la afluencia fue masiva y hubo representación de colectivos de usuarios, además de profesionales».

La concentración de ayer remató con la lectura de un comunicado consensuado por todos y al que puso voz Victoria Gutiérrez Solana, cirujana del hospital Montecelo. Los organizadores de la marea blanca admitieron que este año «se ha hecho largo», pero han conseguido su objetivo, que no era otro que «dar testimonio de nuestra defensa de la sanidad pública, todos estos sábados, con mayor o menor afluencia, pero siempre constancia presencia».

En el manifiesto aludieron a que la sanidad pública es un bien y un derecho de todos los ciudadanos, conquistado a lo largo de muchos años. «Ahora unos políticos sin escrúpulos y carentes de sensibilidad social -subrayaron- pretenden robárnosla para dársela a empresas privadas en las que se han colado amigos y compañeros de partido para que hagan negocio comiéndose el gran pastel que es nuestra sanidad pública». Desde la marea blanca indicaron que cada día es «más evidente» la pérdida de calidad asistencial, por lo que entienden que, como profesionales de la salud, no pueden permanecer callados. Anunciaron que seguirán denunciando la privatización de servicios para impedir que «sigan llevando a cabo este robo que hipoteca nuestro futuro como ciudadanos y nos priva de un derecho tan primario como la salud».

Muchos de los asistentes a la concentración de ayer optaron por participar vistiendo sus batas blancas. Después de Reyes, los impulsores de la marea blanca decidirán si se mantienen las movilizaciones de los sábados a las 12.30 horas en A Peregrina o si optan por otro tipo de estrategia en su defensa de la sanidad.