Según la subdelegación del Gobierno, no constan denuncias previas por malos tratos, extremo que también ha confirmado la Guardia Civil. Los vecinos aseguran que eran una familia normal y que, al menos en apariencia, se llevaban bien. «Era unha boa persoa» o «traballaba coma ninguén», fueron algunas de las afirmaciones que se pudieron escuchar de sus bocas.
Lo cierto es que la muerte de Mónica Lorenzo ha causado una gran conmoción en el municipio, donde sus vecinos no encuentran explicación a lo ocurrido. «Era moi amable, moi atenta», señaló una conocida suya cuya hija juega en el mismo equipo de fútbol que una de las de la fallecida. De las dos menores se ha hecho cargo un familiar, mientras que los Servicios Sociais de Barro han dado los primeros pasos para velar por su bienestar.