De la física al inglés bajo la sombrilla

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Las academias reciben cada vez más universitarios que aprovechan el verano para sacarse un título B1 de algún idioma extranjero.
Las academias reciben cada vez más universitarios que aprovechan el verano para sacarse un título B1 de algún idioma extranjero. capotillo< / span>

Tras la eliminación de la convocatoria de septiembre con el Plan Bolonia, el perfil de las academias cambia en verano: ahora se llevan los idiomas

17 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los idiomas han ido ganando terreno en las academias a las clases de refuerzo universitarias. Las facultades se han ido vaciando en verano históricamente con el mismo ritmo lento y progresivo con el que se iban llenando las academias. Casi como un trasvase de responsabilidades, los alumnos pasaban en muchos casos de unas a otras con la misma resignación e intentando arañar unos días de vacaciones entre unas y otras.

Hoy en día, la inmensa mayoría de los clientes de estas escuelas privadas de refuerzo son adolescentes que, o bien cursan Bachillerato, o bien la ESO. La introducción del plan Bolonia entró por una puerta empujando por la otra hacia la salida a la convocatoria de septiembre del sistema educativo universitario.

Y, con ella, se llevó gran parte de los asistentes a las clases de verano. Las aulas de estas academias se llenan ahora de veinteañeros durante la primavera -para la convocatoria de junio- y el otoño -para la de octubre-, pero se quedan vacías durante el verano. Económicas es una de las pocas carreras que aún mantiene los exámenes de septiembre, pero por último año.

Las clases de resistencia de materiales, químicas avanzadas o matemáticas para ingenieros han ido cediendo pizarra y tiza paulatinamente a la conjugación del verbo to be, las condicionales y los phrasal verbs. Los idiomas han resultado ser la sombra bajo la que se cobijan algunas de academias de la ciudad durante la temporada estival. El rey de todas ellas, el inglés, que en algunos casos puede llegar a atraer hasta el 30 % de los asistentes a uno de estos centros privados.

Sobre todo, Bachillerato y ESO

La oferta de lenguas extranjeras no compensa, en cualquier caso, el desvío de universitarios a otras estaciones del año, pero minimiza las ausencias durante el verano, que siguen acaparando mayoritariamente (más de la mitad de los alumnos) los estudiantes de Bachillerato y la ESO.

Además, la práctica totalidad de los nuevos alumnos que se inscriben en los cursos de verano de las academias para aprender idiomas lo hacen con el único objetivo de obtener el certificado B1 que exige la Unión Europea para conseguir un título de grado: «El nivel B1 refleja la especificación del nivel Umbral para un viajero que va a un país extranjero, y tiene quizá dos características principales. La primera es la capacidad de mantener una interacción y de hacerse entender en una variedad de situaciones. La segunda característica es la capacidad de saber cómo enfrentar de forma flexible problemas cotidianos».

Pero lo cierto es que este objetivo no siempre se consigue. Sí el título, pero no siempre la meta de permitir que el alumno se defienda ante situaciones habituales. «La mayor parte de los estudiantes piden directamente clases de preparación para el PET o el First, no simplemente para aprender. Las inscripciones a estos exámenes pueden oscilar entre los 170 y los 200 euros, y tienes que ir con garantías de que vas a aprobar», señala María Castellano, una de las socias de la academia Doceo.

Series y videojuegos

Sí que se nota cierto aprecio por el idioma anglosajón en jóvenes aficionados a los videojuegos y al audiovisual norteamericano: «Muchos ven las series en inglés y, si les gustan las consolas, juegan en red con gente de todo el mundo, y tienen que comunicarse en inglés. Se nota mucho en las expresiones que conocen», añade la joven. También el propietario de otra de las academias más antiguas de la ciudad, Copérnico, Miguel Martínez, apunta: «Os que veñen no verán é ou porque suspenderon ou porque queren sacar algo rápido, non polo pracer de aprender».

El alemán es otra cosa: La situación actual sigue incitando a plantearse una nueva vida fuera de las fronteras españolas, y Alemania se presenta como una opción aparentemente segura y estable: «Cuando vienen, ya avisan directamente de que quieren aprender a defenderse y necesitan interiorizar unas nociones básicas, pero prácticas, en unos meses», admite Castellanos. Y en la vida diaria no valen títulos.

Es la otra cara de la moneda: la de aquellos jóvenes -y ya no tanto- que son conscientes de que un idioma extranjero puede jugar un papel determinante en sus vidas. Al menos, en aquellas circunstancias en las que un título no consigue hacerse entender.