Marín prohíbe acudir con perros o jugar al fútbol en la playa durante tres meses

marín / la voz

PONTEVEDRA

La concesión de la bandera azul y las propias normativas municipales excluyen, de forma expresa, la presencia de perros

18 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los perros, sueltos o con correa, y los grupos de jóvenes jugando a la pelota, se han acabado en las playas de Marín. Al menos estas dos escenas no se podrán repetir, sin riesgo de sanciones, hasta la noche del 15 de septiembre. Las prohibiciones de las ordenanzas municipales sobre perros y fútbol en los arenales están suspendidas durante el resto del año, pero en los meses de mayor afluencia de bañistas a las playas recuperan toda su eficacia.

El gobierno local señaló, en un comunicado, que la concesión de la bandera azul y las propias normativas municipales excluyen, de forma expresa, la presencia de perros en las playas, aún en el caso de que vayan con correa en todas las playas de Marín.

Esta es una decisión que causó una fuerte controversia el año pasado, al suscitar las críticas de los propietarios de mascotas, pero en la que el gobierno local se mostró inamovible, al contar con el respaldo de numerosos ciudadanos. Los canes sí pueden bajar a las playas en invierno, y también en un horario nocturno en los meses de primavera y otoño.

Excepción deportiva en Loira

Por su parte, la prohibición de jugar al fútbol también se extiende a todos los arenales, con la única excepción de la playa de Loira. Según indicó la concejala de Medio Ambiente, la popular Marián Sanmartín, en el caso de Loira hay un espacio habilitado para que los jóvenes puedan jugar en la zona más alta y alejada del mar de este arenal, donde también están las redes del voléy.

La concejala marinense explicó que la práctica deportiva no entorpecía, en este caso, el disfruta de la playa por el resto de los bañistas, al estar bien diferenciada del resto del área de esparcimiento.

Además, desde el gobierno local se manifestó que también estaban excluidas de las playas marinenses «cualquier actividad molesta para los usuarios» y que estas medidas se justificaban «en aras de otorgar a los visitantes la tranquilidad que buscan cuando visitan nuestros arenales».

El incumplimiento de estas normativas del Concello expone a los infractores a sanciones que se tipifican como leves, graves o muy graves.