El colectivo critica además a Portos de Galicia por tener una actuación «beligerante» contra el interés general
05 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.La plataforma vecinal SOS Panadeira volvió ayer a la carga contra los pantalanes que el Náutico prevé construir frente a las playas de Os Barcos y Panadeira con el permiso de Portos de Galicia. En un comunicado, el colectivo acusa al ente autonómico de tener una actuación «beligerante» contra el interés general, mientras que acusan al concejal de Medio Ambiente, José Luis Rodríguez, «de falta de actuación». Aseguran que sienten «desamparo» por parte de las autoridades locales, «así como falta de interés en momentos muy duros para nosotros».
El Náutico de Sanxenxo se lleva la peor parte de SOS Panadeira al provocar lo que ellos consideran «una aberración medioambiental». Aseguran que hacen cortes agresivos en los pilotes con herramientas y materiales contaminantes, así como «el intento de ocultar el delito con arena sin control de cantidad, origen e impacto».
La plataforma vecinal lleva meses luchando para que Portos de Galicia y el Náutico den marcha atrás en la obra del nuevo pantalán. Lo intentaron por la vía diplomática y con acciones más agresivas, pero por el momento no se prevé que se anule el plan. Aseguran que la visita de patrullas de la Guardia Civil es insistente, mientras que «cuando los vecinos pidieron ayuda al Seprona, estos evadieron responsabilidades por falta de medios».
Las quejas que exponen desde SOS Panadeira apuntan directamente a las autoridades judiciales por enviar los coches patrulla, a la propia alcaldesa, Catalina González, porque «su tibieza y doble faz ha ido a remolque de los vecinos en el juzgado, en la calle y sobre todo en la ética de defensa del bien común».
Desde el Concello de Sanxenxo buscan ahora el respaldo de los 215 ayuntamientos de España con bandera azul contra las obras del pantalán. Le enviarán la información del proyecto para que suscriban su rechazo, al considerar que su construcción llevaría a la playa de Panadeira a no poder conseguir nunca más un distintivo de calidad por la calidad de sus aguas.