La Fanpa no garantiza las actuales condiciones del comedor escolar este curso

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

El presidente de la entidad confía en resolver el problema antes de julio, pero matiza que «no hay seguridad jurídica»

10 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Es una bola de nieve que va creciendo y estamos un poco asustados». El presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (Fanpa), Rogelio Carballo, aseguró ayer que el colectivo no puede garantizar que las condiciones actuales del servicio de comedor escolar se mantengan vigentes hasta el final del curso. El retraso en la firma del convenio entre el Concello de Pontevedra y la agrupación, apuntó Carballo, hace que «cada día que pasa la Fanpa esté asumiendo unos gastos que no se compensan con ningún ingreso, y sin tener constancia de cómo o de si se van a reintegrar en el futuro».

«La intención de la federación es seguir en las mismas condiciones hasta el final del curso, y las empresas (concesionarias del servicio de comedor) todavía no nos han planteado ningún problema, de modo que tenemos un margen de mes y medio para firmar el convenio, pero no hay seguridad jurídica; es una suma de voluntades», advirtió el presidente de la entidad.

La Fanpa subvenciona cada comida con 50 céntimos, mientras que los padres aportan los 4,13 euros restantes. De esta ayuda se benefician actualmente 900 escolares del municipio pontevedrés. En el caso del Plan Madruga, el número de alumnos es de alrededor de 400, con cuyos padres el Ayuntamiento colabora con 85 céntimos por cada niño. La cuantía total pendiente de entrega por parte del Concello a la Fanpa es de 206.000 euros.

Hasta el momento, la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos no ha tenido que adelantar dinero en efectivo, ya que el sistema empleado se basa en justificantes que se van satisfaciendo trimestralmente. Las concesionarias, conocedoras de la situación, no han reclamado por el momento ningún pago al colectivo, pero este, además de la parte proporcional de los servicios de comedor y el Plan Madruga, tiene que costear el sueldo de dos personas encargadas de la supervisión de ambas actividades.

«Entendemos la situación del Concello, pero nos urge resolver el problema», señaló Rogelio Carballo, quien añadió que «vemos que en otros ayuntamientos que pertenecen a la federación gallega -como A Coruña y Ourense- y en ciudades gobernadas por diferentes partidos políticos se han firmado ya los convenios, de forma que entendemos que aquí también se puede». «Pero en los tiempos que corren no podemos acusar a nadie de actuar con demasiado celo, por querer actuar con demasiada legalidad», concluyó.