Cocinando para el futuro

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

La Casa Azul estrena una cocina para hacer cursos de formación. Varios de los participantes en el primero buscan nuevas salidas profesionales con estos talleres

27 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Hace año y medio que Ángel Iglesias está en paro. Trabajaba en la construcción, pero la cocina ha sido siempre una de sus grandes pasiones. Hasta el punto de que con sus compañeros de empresa ponía un fondo para comida y él era el encargado de preparar los menús diarios. «Cocinaba por la noche y de esa forma nos ahorrábamos dinero», cuenta. Ángel participa ahora en el taller culinario con el que la Casa Azul, la sede de las actividades de la Concellería de Benestar Social, acaba de estrenar cocina.

Mientras colabora con el grupo en la elaboración de una empanada de pulpo, recuerda una anécdota que le pasó cuando trabajaba en una cementera en Sitges. «Habíamos cobrado y compramos pulpo congelado -recuerda-. Y vivíamos todos en una planta del edificio. Cuando empezamos a prepararlo y abrimos las ventanas, vinieron todos los vecinos. ??¿Qué están haciendo esos gallegos???, decían. Si nos ves a todos repartiendo el pulpo...».

Este curso de cocina es algo más que satisfacer una afición para Ángel. Espera que le sirva para «buscar por este camino» una salida laboral, «visto cómo está la construcción». Lo mismo le ocurre a Luis, que trabajó de cocinero en un barco 20 años, pero lleva otros diez sin empleo. «Es una forma de aprender, de refrescar y de que no se te olviden las cosas», cuenta.

Hay quien tiene experiencia, como Ángel, Luis o Mercedes González, que reconoce que «siempre aprendes trucos», y quien no tanto, como Begoña, que en su casa apenas había cocinado. Esa labor la hacía su marido. «Me apetecía saber más, alguna idea tengo por mi madre y mi abuela, y me parece que está muy bien, las dos profesoras ofrecen detalles muy interesantes que se pueden adaptar luego». Esas dos profesoras son Elena Argüello, que se encarga de cocina tradicional, y Marisa Maquieira, de la contemporánea, que se alternan cada día.

El taller tenía una veintena de plazas, pero se presentaron un centenar de personas, como explicó ayer la concejala de Benestar Social, Carmen Fouces. Son cursos abiertos a toda la ciudadanía, aunque con una reserva de plazas para los usuarios de los Servizos Sociais. «Hai moito tempo que precisabamos ter unha cociña na Casa Azul para impartir estes cursos -señaló-, que teñen unha demanda importante, tanto por parte de mulleres como homes. Estamos dando un pistoletazo de saída para o futuro». Poner en marcha la cocina costó dos años de gestión y un presupuesto de 14.000 euros, pero hasta ahora, para organizarlos, el Concello tenía que alquilar cocinas en centros escolares, «e iso os encarecía».

En la visita a la cocina estuvo también el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, quien con humor destacó que, como chef, su plato estrella es la tortilla. «Varío moito, e lle boto leite e allo. E, sobre todo, unha cousa que escoitei e me fixo gracia, que é que sempre hai que botarlle moitos ovos...».

Carmen Fouces también aprovechó para destacar que la Casa Azul acaba de recibir la homologación de sus espacios para dar cinco certificaciones profesionales -dos de informática, una de cerámica, una de tiempo libre y otra de servicio de ayuda a domicilio-, títulos oficiales para poder trabajar en todos los lugares del Estado. Uno es de grado dos y el resto de grado uno, «as certificacións máis baixas, pensadas para a poboación que non ten unha titulación». Otro menú para el futuro.