Piden dos años por el timo en el que se empleó el reclamo de Alborán y Mario Casas

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

En el banquillo, la persona que dijo representar a ambos artistas

26 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El supuesto timo relacionado con la programación, en abril y mayo del 2012, de unos bolos de Mario Casas y Pablo Alborán en una céntrica discoteca de Pontevedra sentará en el banquillo de los acusados a quien aparentó «tener la representación artística del actor y del cantante». Por lo pronto, el fiscal tiene previsto solicitar dos años de prisión para Javier V. A. por un delito continuado de estafa, así como demandarle el pago de los 7.508 euros que presuntamente se corresponden con el dinero que la gestora de la sala de fiestas entregó al imputado, cantidad a la que habría que sumar otros 522,74 euros de los perjuicios generados por la cancelación de las actuaciones.

Según trascendió en su día, el caso saltó a la luz cuando la discoteca anunció sendas actuaciones de Pablo Alborán los mismos días en los que el cantante de Te he echado de menos daba conciertos en el Pazo da Cultura de Pontevedra y en el coruñés Palacio de la Opera, ambas citas con las entradas agotadas. Por su parte, en el caso de Mario Casas, fue su hermana la que, a través de la red social Twitter, dio la voz de alarma: «¡Correr la voz para que a nadie le engañen! ¡Es mentira que Mario Casas va a una discoteca en Pontevedra el 7 de abril!», al tiempo que anunciaba que «vamos a tomar medidas legales».

Tras cerca de dos años de instrucción judicial, el fiscal del caso acaba de confirmar la imputación de Javier V. A., quien tendrá que comparecer en uno de los cuatro juzgados de lo Penal de Pontevedra. En principio, y pese a que fue una posibilidad que se llegó a tener en cuenta, ni Pablo Alborán, ni Mario Casas tendrán que pasar por el edificio judicial de A Parda a declarar como testigos en la vista oral.

El representante del ministerio público, en el marco de la imputación, entiende que el acusado «carecía de la representación» de ambos artistas, «motivo por el que sabía perfectamente que no podía cumplir los contratos que firmaba».

¿Y como pudo fructificar el supuesto engaño? El fiscal afirma que el pontevedrés se aprovechó de la confianza que, «con anterioridad», había generado con la empresa que explota la discoteca merced a que había firmado contratos, lo que habría dado a entender que «cumplía los compromisos contraídos».

De este modo, el 21 de febrero del 2012, el imputado firmó un contrato privado con la sala de fiestas garantizando la presencia de Pablo Alborán los días 18 y 19 de mayo -fechas en las que el cantante malagueño estaba de gira por Galicia-, por el que, en principio, le entregaron 1.800 euros. Posteriormente, el 29 de febrero, presumiblemente suscribió un nuevo «contrato privado para la actuación (...) de Mario Casas el 7 de abril del 2012 por el precio de cinco mil euros, entregados al acusado». Asimismo, este último «también dijo que se encargaría de confeccionar los carteles para los eventos», por lo que habría percibido unos 708 euros.