Una iniciativa busca recuperar el entroido tradicional de la parroquia de Marcón

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Francisco Sutil

La Sociedade Antropolóxica Galega recogió testimonios de esta celebración

18 feb 2014 . Actualizado a las 12:41 h.

Un muñeco de paja, adornado con cintas y mantos de colores, dos labregos vestidos de blanco y con capuchones, y una horda de enmascarados eran los protagonistas del carnaval de Marcón, un entroido tradicional de esta parroquia pontevedresa que dejó de celebrarse en los años setenta, pero cuya memoria aún no se ha perdido. La Sociedade Antropolóxica Galega trata ahora de recuperar esta celebración, inédita en todo el carnaval gallego, después de un intento fallido en los ochenta por parte de vecinos de la propia parroquia, que habían participado en este entroido en su juventud.

Rafael Quintía destacó que recuperar la esencia de este entroido tradicional, con un trabajo de campo que ya está realizado en los últimos años por Xosé Anxo Rosales, ha sido posible «porque hai moitas testemuñas que lembran como era a festa, como se tocaba e se bailaba». «O máis importante -explica- son as figuras dos labregos, que ían vestidos de branco co gorro cónico e levaban un pano portugués cruzado. Teñen un estoque na man e uns pequenos axouxos na perna. Cando a persoa que porta sobre os hombreiros o boneco de palla empeza a bailar, os labregos tamén o fan fronte a el. Levantan unha perna, e a van movendo dun lado a outro, mentres os axouxos van soando, e fan soar tamén unhas castañolas na man. E o acompañamento musical é por parte do resto da xente, que vai con caretas, con bucinas e caramuxas».

La comitiva iba por las casas, donde tras pedir permiso y dar los correspondientes vivas al entroido, hacían el baile y recibían como recompensa huevos y dinero. Desde el 15 de enero (San Amaro) los bandos ya anunciaban por las noches la proximidad este entroido en la parroquia. El domingo de carnaval, la recorrían de arriba a abajo. Y el martes de entroido, visitaban otros municipios, como Pontevedra y Ponte Caldelas, para por la noche quemar el muñeco. El dinero recaudado daba para una comida de fraternidad.

La Sociedade Antropolóxica Galega quiere implicar a los colectivos de Marcón en esta recuperación, a fin de garantizar su continuidad, pero espera también que el Concello de Pontevedra ayude a divulgarla, incluyéndola en las actividades del entroido a partir del 2015. Para el colectivo, la mejor forma de hacerlo es recrear este entroido rural durante alguna jornada de la semana de carnaval en el centro histórico, de forma independiente al desfile de comparsas y grupos, y también promocionarlo en las semanas anteriores. Quintía subraya el potencial plástico y sonoro de esta celebración, «que tiña uns traxes específicos, e unha ritualidade e coreografía propia; é un dos máis interesantes». El Concello ya ha mostrado su interés y el proyecto se presentará este jueves en unas jornadas sobre carnavales gallegos en la Casa das Campás.