«Al protagonista lo denunciaría y lo mandaría a la cárcel»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

«Prohibido madrugar» será presentado este viernes en el Liceo Casino

14 ene 2014 . Actualizado a las 15:39 h.

En un futuro próximo, madrugar se ha convertido en delito, ya que se ha demostrado científicamente que puede ser germen de criminalidad. A grandes rasgos, este es el punto de partida de Prohibido madrugar, ópera prima de Fernando Quevedo (Madrid, 1978), quien desde el 2006 está destinado en la Comisaría de Pontevedra.

-¿Qué se van a encontrar los lectores que se adentren en su primera incursión literaria?

-Se van a encontrar con investigaciones reales que ya han ocurrido, con lo clásico de una novela negra: muertos. Se van a encontrar sexo, se van a encontrar lenguaje soez y, también, con una trama que gira en torno a lo que se ha venido en llamar el Derecho Penal del enemigo, que es una figura que existe y que comprende todo lo que hace el Estado para regular la vida de los ciudadanos antes de que cometan delitos.

-En la realidad española, ¿cuál sería un ejemplo de Derecho Penal del enemigo?

-Tal vez lo que más se podría asemejar a este término es el tráfico de drogas. No se trata de un acto delictivo como pueden ser los homicidios o los robos, sino que [en el narcotráfico] el daño no se produce hasta que una persona consume. En la novela quiero reflejar esta idea, cómo el Estado se las ingenia para defenderse de comportamientos [criminales] que aún no se han producido.

-En todo caso, ¿qué hay de veraz en la novela?

-Es una pregunta difícil. ¿Real? Real es casi todo. Menos algún asesinato que he colocado para dar ambiente y un poco de dramatismo, casi todo es real. Son investigaciones que han ocurrido, vigilancias en las que he participado pero, eso sí, en un escenario y ambientación totalmente ficticios, claro.

-¿Y los lugares y escenarios recreados en «Prohibido madrugar»?

-Son reales y, por tanto, existen. De hecho, uno de los puntos de acción transcurre en el Pazo Baión, que todo el mundo sabe qué ocurría allí.

-A los que nos hemos acercado a la novela, nos llama la atención que al protagonista podría llamársele muchas cosas, pero nunca héroe. Está más cercano al inspector que interpretaba José Coronado en «No habrá paz para los malvados» que al habitual policía de novela negra...

-Es que es el antihéroe. He procurado meterle todos los topicazos negativos que se asocian con la policía y explotarlos.

-A pesar de eso, es el protagonista.

-Sí. Es sobre quien se centra toda la historia y es quien, en este caso, procura desentrañar toda la investigación.

-¿Y hay algo de autobiográfico?

-[Risas] En el personaje, no, pero sí que es cierto que me he basado en una persona real, que me niego a desvelar quién es. Lo he descrito tal y como lo he visto. Son investigaciones que he visto en tercera persona y así he procurado escribirlas. Intencionadamente, he procurado no salir.

-¿No se identifica con él?

-No. Es un compendio de ese policía con personas con las que me he cruzado y de situaciones que he vivido.

-¿Cómo actuaría si se encuentra con un compañero que es como el protagonista de su novela?

-Lo denunciaría y lo mandaría a la cárcel directamente. No deja de ser un policía corrupto. Es un personaje muy extremista y así le va, que en su caso se cumple eso de que quien siembra vientos, recoge tempestades.

-Está claro que los que busquen una historia de amor, aquí no la va a encontrar.

-No, el amor casi sobra en la novela. Es más sexo puro y duro.

-Y sin embargo, sí que hay una mujer que tiene una cierta dosis de protagonismo.

-Sí, tiene un papel importante. Es una periodista que investiga lo mismo que este periodista, pero con sus propios medios y fuentes de información. Es lo que ocurre con el mundo periodístico. No tiene un papel tan extenso como el del inspector Cortina, pero he procurado darle una cierta dimensión.

-Si el inspector está basado en los tópicos que rodean a los policías, ¿en qué se ha fijado para recrear la figura de esta periodista?

-En lo mismo, en tópicos de periodistas que me imagino que son así, aunque, en este caso, serán otros los que me tendrán que desmentir o no.

-La presentación oficial de «Prohibido madrugar» será este viernes por la tarde en el Liceo Casino. ¿Cómo espera que sea la respuesta de los lectores?

-Yo espero la mejor posible. A través de las redes sociales ya hay gente que me está dando su apoyo. Estoy encantado de cómo se está portando la gente.

-Independientemente de la acogida, ¿habrá otras novelas de Fernando Quevedo?

-Ya estoy trabajando en la segunda parte. Mi intención es continuar hasta que la gente se aburra. Espero tener fuerzas y ganas de seguir escribiendo.