El pollo de Ribadumia le ganó a la vieira de Cambados

Bea Costa
B. costa VILAGARCÍA/ LA VOZ

PONTEVEDRA

Nacho Feijoo

Ambas localidades arousanas celebraron ayer fiestas gastronómicas

22 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Domingo de verano, domingo gastronómico. A la espera de las bacanales del mejillón y otros bivalvos en Vilanova y A Illa de Arousa, ayer el menú ofrecía vieiras en Cambados y pollo asado en Ribadumia. Y pese a la majestad de la primera -que diría el pregonero de la fiesta Luis del Olmo- frente a la humildad del segundo, ayer el público apostó claramente por el rey de las granjas.

Ochocientas raciones

A las dos de la tarde, el recinto de A Carballeira de Ribadumia estaba a rebosar de gente esperando para hincar el diente a un zanco de pollo. La organización tenía previsto preparar 800 raciones, y supieron a poco. Cada ración se vendió a 8 euros e incluía pan y bebida: vino o agua a elegir. Y para los que quisieron un primero con sabor a mar, no faltó la pulpeira que les suministró convenientemente de pulpo á feira.

A las ocho de la tarde todavía sonaba la música a la sombra de los carballos y quedaba algún estómago dispuesto a repetir menú. Tendrá que esperar a la decimonovena edición.

En Cambados todavía quedaban vieiras para la noche. Ayer se cerró la duodécima edición de la Festa da Vieira, que pasó sin multitudes. Los 4,5 euros que costaba la unidad retrajo a más de uno y el personal se lanzó al arroz, la empanada y a los pimientos de padrón, que cunden más en el plato. No faltaron críticas, por ejemplo por vender el albariño en vasos de plástico, pero desde la cofradía, promotora de este evento, defienden esta fiesta como el mejor escaparate para promocionar un producto que da de comer a muchas familias en la localidad.

Procesión del Carmen

La procesión del Carmen puso fin a cuatro días de fiesta en los que, además de marisco, hubo actividades deportivas y sociales, como una regata de bateles, una concentración de Ferraris o un certamen de canción marinera. La fiesta volverá a Cambados en dos semanas con el todopoderoso Albariño.