Los comuneros ofertan un empleo más ante la alta demanda vecinal

Alfredo López Penide
López Penide CAMPO LAMEIRO / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

Más de dos decenas de parados optaron a seis puestos de trabajo

22 ene 2013 . Actualizado a las 06:57 h.

La respuesta vecinal a la oferta de trabajo de la comunidad de montes de Fragas, en Campo Lameiro, provocó que la directiva optase por incrementar de cinco a seis las plazas que se ofertaban a desempleados. Enrique Prieto, presidente del colectivo, dejó claro que «se ha escogido a los mejores. Además, no nos atrevíamos a dejar a ninguno de los seis fuera de la lista».

Estos dispondrán de un contrato de dos meses, prorrogables por otros dos, que arrancará el próximo 3 de febrero. Por si fuera poco, y a la vista del éxito de esta iniciativa, la intención de la comunidad es repetir la experiencia en verano. De este modo, si la Xunta vuelve a subvencionar las labores de limpieza del monte, estas se realizarán por una empresa, pero «contando con la gente de la parroquia».

Lo cierto es que la convocatoria desbordó todas las previsiones, tal y como confesó el propio responsable de realizar la selección, Amancio Serrapio Suárez. No es de extrañar que, mucho antes de que comenzasen las entrevistas, decenas de personas se agolpasen en las inmediaciones de la Casa da Escola.

En este sentido, Enrique Prieto resaltó que la idea traspasó las fronteras del municipio de Campo Lameiro, lo que derivó en que se presentarán aspirantes de otros municipios, como Moraña. Al final, más de una veintena de personas aspiraron a ocupar una de las seis plazas disponibles por un período de tiempo que todos coincidieron en definir como un respiro a la mala situación que atraviesan.

Junto con tener el domicilio en la parroquia, los otros dos criterios más valorados fueron la formación y la experiencia. Y a la vista de las personas que allí se congregaron, esto último no es algo de lo que estuvieran faltos. Lo resumió Eloy Gil: «Vivo na aldea e na aldea cortar coa desbrozadora, andar coa motoserra e recoller maleza é o habitual, faise a menudo e máis estando no paro».

Hace un año, se fue al paro sin prestación alguna. «Non tiven. Foi un contrato de aprendizaxe e non tiven dereito a nada». Como él, tres palabras repetían unos y otros cuando abordaban la duración de los contratos: «Algo é algo».

Entre las pocas mujeres que acudieron a la convocatoria se encontraba Isabel García, desempleada desde septiembre pasado. No solo calificó de muy positiva esta iniciativa, sino que defendió que «deberían tomar exemplo o resto de comunidades». El objetivo sería el de fomentar el empleo entre sus vecinos en lugar de contratar a empresas de fuera para realizar la limpieza de los montes.

Otra vecina, Teresa Corbacho, viuda y madre de cinco hijos, de los que solo uno trabaja y en Canarias, insistió en lo dura que es la situación que atraviesan. «Cando antes se traballaba todo o ano, agora só son dous meses... E iso, si se traballa».

Con experiencia desde hace décadas en limpieza de montes, tuvo ocasión de trabajar algo «en incendios este verano».

«Tocaríame a lotería», apuntó José Ricoy, quien como Teresa no dispone de prestación alguna y lleva varios meses en las listas del paro. Casi dos años en esta situación lleva su vecino Jaime Ruibal cuya mujer también está desempleada aunque no optó a una de las seis plazas: «Alguén se ten que quedar na casa».