Da positivo, su amigo le releva al volante y la policía comprueba que no tiene puntos

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

El caso saltó al presentarse las alegaciones por la alcoholemia

28 nov 2012 . Actualizado a las 06:59 h.

Se dice que a uno le pararon unos guardia civiles y, al grito de «¡el carné!», respondió: «Ayer me lo quitáis y hoy me lo pedís. Ya veréis como, al final, me lo perdéis». Al igual que el del chiste pecó de sincero, a un pontevedrés le perdió la boca. Y es que, a la hora de alegar contra la multa que le impuso la Policía Local por dar positivo, reveló que el que le sustituyó al volante tenía retirado el carné tras perder todos los puntos.

Consecuentemente, los agentes dieron cuenta de esta segunda persona al juzgado por la presumible comisión de un delito contra la seguridad del tráfico.

Fue el 16 de septiembre por la tarde cuando los funcionarios dieron el alto a un Alfa Romeo que circulaba por Cobián Roffignac y cuyo conductor dio 0,39 al soplar -conlleva un sanción de 500 euros, 250 si es pronto pago, y la pérdida de 4 puntos-.

Fue entonces cuando su acompañante se ofreció a coger el volante, dado que su amigo, al dar positivo, no podía continuar la marcha. Para ello el pontevedrés presentó un carné que, en principio, se dio por válido.

Hasta ahí nada fuera de lo normal. Todo cambió cuando se tramitó la denuncia administrativa y se recibieron las alegaciones. A través del escrito descubrió que, veinticuatro horas antes, la persona que había sustituido al conductor había sido abordado por otra patrulla después de circular en un Fiat Stilo por la avenida de Buenos Aires, al parecer, haciendo caso omiso a los agentes.

Este individuo no solo dio positivo -0,97 y 0,89 en la segunda prueba-, sino que al solicitarse los antecedentes al juzgado de guardia, ya que se trataba de un delito, se informó que tenía una suspensión del carné. No había realizado el curso para recuperar el permiso.

Dado que tal circunstancia no se le había notificado anteriormente, solo se le pudo imputar la alcoholemia. Sin embargo, cuando cogió el coche de su amigo ya tenía conocimiento de la suspensión, por lo que no podía escudarse en que desconocía tal hecho para burlar la sanción.