Los representantes de la CIG se han puesto en huelga de hambre para reclamar que se suspenda la condena de tres años y un día a Carlos Búa, responsable de la Federación de Servizos de CC.OO.; Carlos Cadórniga, portavoz de CIG- Servizos, y Carlos Froján, delegado de personal en el sindicato nacionalista por coacciones durante la huelga de la alimentación del 2009.
«A sentencia é abusiva, desproporcionada e inxusta e non ten sentido que se condene a uns compañeiros por uns feitos habituais en calquera folga», señaló ayer el secretario xeral da CIG, Suso Seixo, que será el primero en iniciar la huelga de hambre en la caravana que se ha instalado junto a la Audiencia Nacional en el centro de Pontevedra. El próximo lunes se incorporarán a la huelga los representantes de CC.OO. y UGT celebrará un consello comarcal para aprobar su asistencia a la movilización, que se alargará hasta el próximo 15 de diciembre en turnos de 48 horas. «Se esto o contextualizamos có Partido Popular e a modificación do Código Penal para endurecer as condenas a calquera feito que eles creen que altera o orden público, vemos un posicionamento moi claro», explica Seixo. Los representantes de CIG, UGT y CC.OO., coinciden en que la decisión judicial es un «ataque» a todo el sindicalismo que «temos que evitar».