Un tercio de la sociedad se decanta por la incineración

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Mientras en toda Galicia funcionan once crematorios, en Pontevedra se tramitan cuatro al mismo tiempo

02 nov 2012 . Actualizado a las 06:59 h.

Pontevedra vive este Día de Difuntos envuelto en la «polémica funeraria» de la instalación de crematorios en suelo urbano, con cuatro proyectos en tramitación y uno más preparándose. Pero, ¿qué hay detrás de la insólita carrera en que se han embarcado las empresas del sector por montar un crematorio en la ciudad?

¿Cuál es el respaldo social a la incineración?

Según recogió el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en una encuesta sobre «actitudes y creencias religiosas» de los españoles, «llegado el momento de la muerte», el 39 % son partidarios del entierro tradicional, y 32,3 %, es decir, uno de cada tres, opta por la incineración. Según alguna asociación de empresas funerarias de índole nacional, el porcentaje de «clientes» que optan por la incineración es todavía mayor, por encima del 40 %, aunque en ciudades como Sevilla ya se incineran más cadáveres que los que se entierran. En las áreas urbanas se acepta mejor la incineración que en las rurales.

¿Cuántos crematorios hay en Galicia?

En este momento hay once en funcionamiento. Tres de ellos, en la provincia de Pontevedra: dos en Vigo y uno en Redondela. A Coruña cuenta con cuatro instalaciones, de las que dos están en la ciudad herculina, una en Santiago y otra en Ferrol. En Lugo hay tres: en la capital, en Foz y en Monforte. Y en Ourense, uno en la ciudad de las Burgas.

¿Existe mercado para cuatro crematorios en Pontevedra?

Todos los indicadores apuntan a que no. El Vigo Memorial, por ejemplo, el más activo de la provincia, incinera algo más de 600 cadáveres al año, una actividad que arroja una media por debajo de los dos servicios diarios. Cabe pensar que en Pontevedra, con 1.075 fallecimientos en la capital y sus municipios cercanos el año pasado -aunque el crematorio daría servicio a un área más amplia- la actividad sería menor. La situación que se vive en Pontevedra parece más una carrera en la que quien abra el primer crematorio se hará con el mercado. De hecho, los impulsores del proyecto que pretende ubicarse en Arzobispo Malvar sostienen que alargar los plazos «otorgaría unha vantaxe importante a outras iniciativas empresariais similares», lo que denota que el sector está inmerso en una carrera. De ahí que desde el gobierno local se apueste ahora por el diálogo entre empresas para que se construya una única instalación que pueda dar servicio a todas.

¿Cómo es el proceso de incineración de un cadáver?

Normalmente, los hornos funcionan por el sistema de pirólisis, quemando la materia orgánica con temperaturas superiores a los 1.500 grados centígrados y una potencia por encima de las 960.000 kilocalorías. Se quema conjuntamente el cadáver y el ataúd, retirando de este los cristales y herrajes. Aproximadamente, se tarda unas tres horas en incinerar un cadáver.

¿Existe contaminación a la atmósfera?

Parece una de las cuestiones claves en la polémica que se vive en Pontevedra, pero en principio, no tiene por qué haber contaminación. La legislación ambiental es muy exigente y la tecnología, muy avanzada. Los crematorios cuentan con sistemas que evitan tanto la emisión de humo como de olores, ya que se acompañan de depuradores que queman los gases que se desprenden a la chimenea. Y, desde luego, no sueltan cenizas.

¿Está justificada la oposición vecinal?

A nadie le agrada tener una instalación funeraria pegada a su vivienda. No ya por la posible contaminación sino por cuestiones más estéticas o sociales, incluso de depreciación del valor de las propiedades cercanas. De hecho, no se puede instalar un cementerio a menos de cincuenta metros de viviendas y solo un vacío legal permite hacerlo en el caso de los crematorios.