«La discriminación positiva de la mujer es un arma de doble filo»

Elena Larriba García
Elena larriba PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

«A igual capacidad, iguales oportunidades», es su gran apuesta

04 mar 2012 . Actualizado a las 07:02 h.

«Con mi perfil profesional, me considero desaprovechada en la política»

El 8 de marzo se celebra a nivel mundial la lucha de la mujer por alcanzar su participación igualitaria plena en todos los ámbitos (social, laboral, cultural, familiar, político). Beatriz Piñeiro Lago (Vilagarcía, 1960) preside la Asociación de Mulleres en Igualdade de Pontevedra, integrada en la Confederación Nacional y comprometida con la defensa de las libertades y los derechos de las mujeres frente a la discriminación sexista. Fue concejala del PP en el Concello pontevedrés, es médico de profesión y ejerce como técnico de salud pública en la Gerencia de Pontevedra. Además, es empresaria. Gestiona el Pazo Quinteiro da Cruz, de Ribadumia, dedicado a la actividad vitivinícola y a la organización de todo tipo de eventos.

-Históricamente, la lucha por la igualdad se identificó con el feminismo de izquierdas. ¿ Está superado ese cliché ideológico?

-La lucha por la igualdad de oportunidades es el reto de cualquier mujer, tenga el color político que tenga. Yo no la vinculo a ninguna ideología política. Para mí la libertad individual de cada persona es lo fundamental y lo prioritario. El derecho de la mujer a decidir qué hacer, con quién estar, cómo dirigir su vida, si quiere o no quiere tener hijos, no puede ser coartado.

-¿Su asociación está vinculada al PP?

-No. Funciona de forma independiente. Por lo menos en Pontevedra.

-¿Celebraciones como la del 8 de marzo siguen siendo muy necesarias?

-La importancia real del 8-M como del 25-N se adquiere cuando todos los días del año consigues tener ahí presente lo que significan esas fechas. Seguimos viviendo en una sociedad machista. Aunque pensemos que hemos avanzado mucho y creamos que estamos educando en igualdad, vemos cómo en las nuevas generaciones se están repitiendo los roles y los estereotipos. No hay más que echar un vistazo a las redes sociales.

- ¿Las leyes de igualdad han sido, entonces, ineficaces hasta ahora?

-Yo creo que sí. Habría que revisarlas. Pero, sobre todo, es un problema de educación, en el que hay que incidir. Hay muchos prejuicios y muchos estereotipos que no se han superado. Creemos que vivimos en una sociedad igualitaria. Pero la realidad es otra. Las mujeres todavía no estamos consideradas como iguales en el mundo laboral. Un hombre gana más que una mujer en determinados sectores por hacer el mismo trabajo. Los puestos de responsabilidad y de decisión están ocupados mayoritariamente por hombres y los perfiles a la hora de contratar se hacen pensando en que el puesto lo va a ocupar un hombre. Mientras no se valore a las personas por su capacidad y su formación sin tener en cuenta el sexo, no habrá igualdad de oportunidades.

-La crisis empeoró la precariedad laboral de la mujer y se está cebando en las más preparadas.

-En todas las crisis y en todos los países siempre es la mujer la que paga el pato. Y España no es diferente. Siempre sale ganando el hombre.

-¿La dificultad para conciliar la vida laboral y familiar es el mayor hándicap?

-Claro. Cuántos hombres se suman a la conciliación. Ellos cada vez se implican más en el cuidado y la educación de los hijos y en las labores domésticas comunes, pero todavía se entiende que la mujer es la cuidadora, la que tiene la responsabilidad de la casa y de los hijos, aunque trabaje fuera. Y el factor madre y el factor embarazo aún es una pega a la hora de contratar.

-¿La discriminación positiva no es igualdad?

-Para mí, no. La considero un arma de doble filo. El gran reto es ?a igual capacidad, iguales oportunidades? y romper el techo de cristal para llegar a los puestos más altos. Las mujeres no somos ni mejores ni peores que los hombres. Que nos valoren a unas y otros como personas, por nuestras capacidades, nuestra formación y nuestras habilidades para dirigir una empresa o cualquier actividad.

-¿Tampoco es partidaria de las cuotas en la política?

-Tampoco. La cuotas no garantizan que vayan a poner a la más capacitada en un puesto determinado. Y, además, esa decisión está en manos de los hombres.

-¿Que le pediría a Mariano Rajoy en el tema de igualdad?

-Lo que le pediría es igualdad de oportunidades real en todos los ámbitos.

-Usted fue concejala. ¿Le gustaría volver a la política?

-Pertenezco al PP y me gusta la política como servicio público porque puedes ayudar a mucha gente, a más personas que como médico, como decía Fernández Albor.

-Su perfil profesional es muy alto en el área sociosanitaria. ¿Se siente desaprovechada por su partido?

-Me llegaron a decir que tenía demasiado currículo y formación. Y sí, considero que no se me está aprovechando. Pero eso no depende de mí.

«La lucha por la igualdad es el reto de cualquier mujer, sea cual sea su color político »