Filgueira elogia la labor que han hecho casi todos los presidentes que han pasado por la sociedad, «algunos más que otros» y cree que Javier Azpilicueta hizo una buena apuesta por el centro histórico al proponer la adquisición del edificio noble de Curros Enríquez, su actual sede, «que debería de conservar, pese a que corren malos tiempos». Su hijo está ahora en la directiva y le parece bien, siempre que no le reste tiempo al negocio familiar.