Un complejo operativo de rescate completó ayer el traslado de la ballena que apareció muerta en Ons y su envío hasta el puerto de Bueu, donde fue despedazada y transportada fuera. Este trabajo fue supervisado por Parques Nacionales y Medio Rural, y colaboraron Salvamento Marítimo, el Concello, la cofradía de pescadores y Cemma.
Según explicó el presidente de Cemma, Alfredo López, el cetáceo era un ejemplar adulto de rorcual común, de unos 18,5 metros de largo y que llevaba muerto varias semanas. El cuerpo apareció flotando cerca de Ons, donde varó la semana pasada. Para el rescate se movilizaron los barcos Salvamar Mirach y María Pita, ambos de Salvamento Marítimo, que se encargaron del transporte por mar del enorme animal hasta Bueu.
Una vez en la dársena pesquera, se empleó una grúa para izar el cuerpo. Como el peso era considerable, hicieron falta dos intentos, porque el primero falló al romperse el cable que lo levantaba. Después se procedió a despedazarlo. El animal será incinerado, ya que su avanzado estado de descomposición -la cabeza se desmembró en el trayecto-apenas permite aprovechar nada más que unas muestras de tejidos.