En todo caso, desde el sector se reconoce que se trata de mecanismos muy necesarios, toda vez que la grabación de imágenes en vídeo suele ser una prueba fundamental contra los que optan por no abonar los repostajes o lo hacen pero con una tarjeta de crédito irregular o sin fondos para tratar de evitar tener que pasar por caja. Se trata de dos prácticas que están repuntando.