«En épocas de crisis lo primero que paga es la cultura»

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

10 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Nació en A Coruña y vivió en Madrid hasta el final de su etapa universitaria pero, como hijo de gallegos, Fernando Carrera siempre quiso volver a sus orígenes. Así que después de haber estudiado Arqueología y posteriormente Restauración en la capital, regresar a Galicia «fue una decisión personal». «Los gallegos emigrantes siempre nos sentimos con el corazón partío, así que me vine, con una mano delante y otra detrás».

Era el año 1987 y Carrera inició su trayectoria creando en Pontevedra una empresa que aún perdura, pero a la que ya no está vinculado, Tomos. «Hoy el sector está muy profesionalizado, pero entonces era la única que trabajaba aquí la arqueología y su conservación», indica. Recuerda que lo primero que tuvo que hacer «nada más aterrizar» fue extraer un horno de cerámica romano que había aparecido en Lugo y estaba en un espacio que iba a ser un párking. «Acostumbrado en la escuela a tratar objetos pequeños... Aquello era un edificio». Otro de sus primeros trabajos fueron algunas restauraciones para el Museo pontevedrés «y aún hoy hay piezas exhibidas en las vitrinas restauradas en aquellos comienzos, cerámicas prehistóricas y metal. Fue para un trabajo para la Xunta, íbamos de museo en museo viendo las urgencias y restaurando cosas».

La empresa fue creciendo, pero su personalidad inquieta, la misma que se decantó por la arqueología como bien podía haberlo hecho por la geología o la arquitectura, le hizo ver otra oportunidad cuando en 1992 se creó la Escola de Restauración e Conservación de Bens Culturais en Pontevedra. «Estábamos bien, pero la empresa privada no te permite un cierto sosiego, ni hacer investigación y profundizar en el porqué de las cosas -cuenta-. Cuando surgió lo de la escuela ni me lo pensé. Además me reconozco buen comunicador y me encanta ser profesor».

Evolución

Destaca que la evolución estos 19 años ha sido la «lógica», desde unos comienzos difíciles a su consolidación, como titulación adaptada al Plan Bolonia. Pero Carrera consideraba que había llegado a un momento «acomodaticio», así que este año dio otro paso más presentándose a director de una escuela que este curso aglutina a 80 alumnos, con especialidades de arqueología, escultura y pintura.

«La crisis está matando esta profesión y el mercado no está demandando especialidades, sino que quiere restauradores en cualquier cosa -señala-. En épocas de crisis lo primero que paga es la cultura y las profesiones no productivas. A esto se suma que hay un contexto laboral para los conservadores restauradores potencialmente muy favorable, pero realmente pendiente de regulación. Es decir, Galicia y España son espacios con un patrimonio magnífico y con unas necesidades de conservación impresionantes. Pero ahora, además de que hay menos dinero, la pregunta que debería hacerse el conselleiro de Cultura o el director de Patrimonio es si el mercado de trabajo está regulado para que la conservación no la haga cualquier persona. No vale que la misma administración tenga una Escuela de Restauración y haya obviado históricamente a los conservadores». Y aunque apunta que los estudiantes que al salir del centro intentan montárselo por su cuenta «son héroes», afirma que «la mayoría de la estructura empresarial en Galicia sobre estos temas la forman ex alumnos nuestros».

Fernando Carrera Ramírez

48 años

Arqueólogo y conservador, doctor en Historia y actual director de la Escola de Restauración e Bens Culturais

El taller de arqueología de la escuela, porque mi vida profesional desde estudiante ha sido siempre la protección del patrimonio arqueológico y este espacio es para mí muy significativo.