En otra parte del puerto, junto a los barcos pesqueros, un expatrón pontevedrés que trabajó en barcos de altura en África Occidental manifestó que lo que pasó en Togo no le había cogido a él por sorpresa. Tras catorce años trabajando en esas aguas, asegura que el pirateo es un problema, pero que la corrupción lo es incluso mayor y que en muchos de estos países su imagen de las autoridades no se diferencia mucho del comportamiento de los piratas.
A pocos metros, Juan Andrés, jubilado de mar y vecino de Sanxenxo, explica que él estuvo trabajando en 1972 al otro lado del continente, en la costa de Kenia. En su trabajo en la marina mercante, descargaban mineral procedente de Holanda. Recuerda una costa africana mucho más segura. «Cando escoito o tema este dos piratas, quedo parvo», sentenció.