Los caldos de O Salnés acaparan los premios del Albariño

maría santalla VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Pazo da Bouciña, de Adegas Arousa, logró alzarse con la medalla de oro

08 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Aunque solo los entendidos reparen en ello, la Festa do Albariño va más allá de las casetas del paseo de A Calzada y de las juergas nocturnas. Es, también, el foro donde se catan los vinos de la añada y se decide cuáles de ellos son los mejores. Como es habitual, ayer, tras la comida oficial, se entregaron los premios a los mejores caldos de Rías Baixas, y todos ellos recayeron en vinos de la comarca de O Salnés. El tercero fue para Bouza de Carril; la medalla de plata fue para Esencia Diviña, de Adegas Grandín; y el primer premio, la medalla de oro, para Pazo da Bouciña, de Adegas Arousa.

Con esta entrega de premios finalizaban los actos oficiales de la Festa do Albariño. Horas antes, en el patio de armas del pazo de Fefiñáns, se entregaban otras distinciones, las Follas de Prata del Albariño, y se investían las Donas y los Cabaleiros del Capítulo Serenísimo, en una ceremonia que ofició Alberto Núñez Feijoo, que sustituyó al Gran Mestre Manuel Fraga, quien este año no pudo asistir a la fiesta cambadesa.

Las Follas de Prata las recogieron este año Alberto Barral, técnico de campo de Condes de Albarei; Miguel Tubío, técnico de campo de Martín Códax; Xavier Castro, profesor de la facultad de Historia de la Universidade de Santiago; Luis Ordóñez, profesor del colegio Salesianos de Castrelo; Tomás Fole, alcalde de Vilagarcía; Juan Maneiro, director xeral de la Consellería do Mar; Nava Castro, directora xeral de Comercio, y el restaurante Ribadomar de Cambados.

Damas y Cabaleiros

Mientras, como nuevos Damas y Cabaleiros juraron su cargo la periodista Cristina Ónega, la conselleira do Mar, Rosa Quintana, Mariano Peláez, de la bodega Marqués de Vizhoja, Melquíades Álvarez, restaurador, Javier Guerra, conselleiro de Industria, y Bieito Rubido, periodista. Todos ellos prometieron ante Feijoo, en un ceremonial al más puro estilo medieval, defender el albariño «como lexítimo señor de todos os viños do mundo cristiano».

Aunque los asiduos de la fiesta comentaban que ayer había menos asistencia de lo habitual, lo cierto es que no por ello la Festa do Albariño dejó de ser multitudinaria. Lo fue la presencia en las calles y lo fue también la comida oficial, que congregó en los jardines del Pazo de Torrado a cientos de personas ante un menú que haría olvidar la crisis a cualquiera.

Fuera, en el paseo de A Calzada, el público continuaba disfrutando de los últimos coletazos de la fiesta. Muchos incluso prolongaron la noche durante muchas horas y esperaron a ver a las autoridades antes de sucumbir al sueño. Detrás de las vallas esperaban la salida de la comitiva de la Casa Consistorial un buen número de jóvenes que, ataviados todavía con sus camisetas serigrafiadas, recibían a los políticos de mejores o peores modos según los casos.

Túnel do Viño

Con los actos de ayer se cerraba una Festa do Albariño que este año aportó como novedad fundamental la apertura del Túnel do Viño, que se celebró en el salón de congresos José Peña con la participación de 58 bodegas y 106 marcas de albariño. Mientras, en el recinto del paseo de A Calzada se instalaron este año 42 casetas y 44 bodegas. Por último, en la cata concurso se inscribieron 61 bodegas de la denominación de origen Rías Baixas, siete más que el año anterior.

En lo que se refiere a actuaciones musicales, los platos fuertes fueron este año la actuación de Dover, uno de los grupos más destacados del panorama musical español. Muchachito Bombo Infierno fue otra de las propuestas estelares, además de la Gala do Albariño, en la que estuvieron David de María y Danza Invisible. Todo ello sin olvidar las orquestas, que también congregan a un público numeroso y fiel.