Bobby Rush encandila con un concierto de blues voluptuoso

La Voz

PONTEVEDRA

26 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La cita del sábado en el Festival de Jazz e Blues de Pontevedra no defraudó a los numerosos asistentes que llenaron la plaza da Ferrería. Bobby Rush salió a escena y el público entendió al instante lo que se le venía encima. El septuagenario negó las primaveras que le otorga su currículum y conquistó la plaza con sincera simpatía y el buen hacer propio de un experimentado hombre del espectáculo. «El avión se quedó con mis maletas», comentaba al poco de abandonar el escenario.

A pesar de no disponer del impoluto traje blanco con el que actuó en Cazorla, la puesta en escena se completó con dos baluartes de voluptuosidad que flanquearon a la leyenda con exuberantes bailes.

Rush gritó, brincó, parodió a Michael Jackson, se reivindicó como inventor del rap y demostró que es un dinosaurio del blues, que aún tiene buen gusto para interpretarlo y que se rodea de buenos amigos para completar un número cargado de afinidad, humor y un sonido electrizante. El espectáculo combinó el blues de sonido Chicago con temas de sabor funk y un constante aluvión de bromas y risas ininterrumpidas. El norteamericano conserva una voz potente y maleable, sabe dirigir a una banda con gestos mínimos y sopla la armónica como un poseso cuando quiere incendiar una canción.

El público, extremadamente heterogéneo, respondió con unanimidad: todos reían y movían las cabezas en un vaivén de aprobación. Bajo los focos, Rush tonteaba con sus bailarinas, a las que intentaba «pescar» con un pícaro baile mientras guiñaba un ojo a la plaza. Al terminar, se dejaron querer, saludaron a los asistentes y firmaron autógrafos. Rúbrica final a una noche de total complicidad.

crítica festival de jazz de pontevedra

Rush gritó, brincó, parodió a Michael Jackson y se reivindicó como inventor del rap