María Luisa Piñeiro Arcos es la nueva cara del PP de Moraña. Esta ingeniera técnico industrial forestal de 35 años, casada y con dos hijos -un niño de 5 y una niña de siete meses-, afronta su primera campaña electoral como candidata tras la escisión del partido y la formación de uno nuevo liderado por su ex compañero Arturo García.
Trabaja en Vigo en la empresea Applus-Norcontrol y hace unos meses se reincorporó a su puesto tras la baja de maternidad. Le gusta la cocina si tiene tiempo, algo que ahora no sucede. «Me gusta la campaña puerta a puerta, el contacto directo con los vecinos y la verdad es que estos días le dedico a la política unas catorce horas», relata. Su marido también sufre el ajetreo electoral «y me echa una mano en casa».
Luisa Piñeiro dice que entre fogones se decanta por platos básicos y sencillos. «Me defiendo sin problema, el conejo al horno me sale muy rico. Mi comida preferida es la lasaña, que preparo de forma artesanal, también hago paellas y en postres sé hacer leche frita y natillas, algo que siempre me reclaman».
En Moraña los comicios se presentan muy abiertos tras la retirada del socialista José Eiras después de 28 años en la alcaldía. La cabeza de lista del PP se enfrenta el próximo domingo a Rodríguez Taboada (PSOE), Celso Diz (Alternativa Electoral de Moraña), Marcos Suárez (BNG) y el propio Arturo García (Independentes de Moraña). Y a ellos, ¿qué les prepararía? Lo tiene claro. Más allá de las discrepancias políticas, a Taboada le cocinaría un conejo, «por su gran afición a la caza», a Marcos Suárez y a Celso Diz, una lasaña, y «a Arturo, que es al que más conozco, unos callos».
-¿Cómo está la relación con su ex compañero?
-Pese a todo lo que pasó a veces tomamos un café. Fue un tema personal, yo diría que un capricho personal, pero él está ahora en el lugar que quiere estar.
Volviendo a temas culinarios, Luisa Piñeiro es de las que prefieren la carne al pescado. No es especialmente lambona. «Me gusta comer bien y no soy de esas personas que tienen dos compartimentos en el estómago, uno para la comida y otro para el postre», apunta.
En tiempos de crisis recomienda un plato único, barato «y que se pueda administrar». «Diría un guiso de carne o una fabada, aprovechando para hacer una buena pota». Admira el trabajo que se realiza en los comedores sociales, especialmente ahora que muchas familias pasan por malos momentos. Ella conoce el de Cáritas en Vigo.