El Atlético de Madrid sigue pensando en grande en el nuevo curso. Los rojiblancos se proclamaron ayer campeones de la Supercopa de Europa tras ganar al Inter de Milán (0-2) con goles de Reyes y Agüero. Los rojiblancos se convirtieron así en el quinto equipo español en ganar esta competición, tras el Barça, Madrid, Valencia y Sevilla.
Quique Sánchez Flores y Rafa Benítez pusieron sobre el tapé del Louis II dos planteamientos con muchas reservas. Tanto De Gea como Julio César apenas intervinieron en los primeros 45 minutos, con más tiros desde la frontal del campeón italiano pero más dominio atlético.
En este inicio escaso de fútbol, los rojiblancos reclamaron un penalti sobre el Kun Agüero a los seis minutos. Forlán, el más activo del Atlético en la primera mitad, se marchó por banda y en su centro Chivu derribó al jugador argentino. Fue la acción de más peligro de la primera mitad.
En la segunda parte cambió el ritmo del duelo. El Inter se vino abajo y se mostró como un equipo desdibujado, lejos del que hizo campeón Jose Mourinho. Reyes avisó en el minuto 59 en una rápida contra que salvó el meta interista Julio César con una gran mano abajo.
Fue el preludio del primer tanto del partido. Entre Agüero y el propio futbolista andaluz forjaron una jugada en ataque que culminó el extremo con un disparo raso que se coló por el primer palo.
Benítez castigó al Inter quitando del campo al único jugador capaz de crear fútbol, Sneijder, y el Atlético lo aprovechó para sentenciar. Gran jugada de Simao por banda y Agüero se coló en el segundo palo, con parsimonia, ante la pasividad defensiva, para poner la puntilla.
Con el partido sentenciado, De Gea se permitió el lujo de detenerle un penalti a Milito, ya en el tiempo de prolongación. El joven cancerbero sacó su mano izquierda para sepultar cualquier atisbo de reacción de los italianos, que se quedan así sin poder emular al Barça.