Los policías autonómicos aplazan sus vacaciones para disponer de más efectivos durante la campaña estival
PONTEVEDRA
El delegado territorial aprovechó la primera reunión del comité para agradecer a los agentes de la Policía Autonómica para alcanzar un acuerdo, de tal modo que «non collan durante o verán. Pasan a collelas a partir de outubro, novembro e decembro para poder ter máis efetivos durante todo o verán».
Lo cierto es que los funcionarios de este cuerpo tendrán competencia en las investigaciones que conciernan a los municipios de Vilaboa, Poio, Barro, Meis, Meaño, Sanxenxo, O Grove, Mondariz-Balneario, Mondariz, Covelo y Ponteareas. El reparto geográfico concretado por el comité establece, asimismo, que la Policía Nacional se ocupe de aquellos ayuntamientos en los que dispone de Comisaría: Pontevedra, Marín, Vigo, Redondela y Vilagarcía, mientras que los restantes concellos de la provincia serán competencia de la Guardia Civil.
En todo caso, el principal cometido de todos estos cuerpos se centrará en la investigación de las causas de los fuegos, así como en la detención de los posibles autores de los mismos.
Así, en el 2009 se llevaron a cabo 325 detenciones, que conllevaron la puesta a disposición judicial de 35 personas por delitos imprudentes y de una decena por delitos dolosos. Asimismo, en otros diez casos se resolvió con denuncias administrativas.
En lo que va de año, ya se han iniciado 165 investigaciones. Siete pontevedreses han sido señalados como autores de fuegos forestales por imprudencias. En dos caso, se cree que fueron incendios intencionados y seis fueron sancionados administrativamente.
En estos seis meses, además se contabilizaron doscientos fuegos, que arrasaron con medio centenar de hectáreas de superficie arbolada y 220 de superficie rasa.
Intencionalidad a la baja
Manuel Francisco destacó que se ha observado que, en cuanto a la intencionalidad, «hay una tendencia a la baja».
La Xunta se ha propuesto determinar la causa-efecto de cada fuego con el objetivo de buscar posibles soluciones. Para ello, está previsto que agentes forestales realizan visitas rutinarias a las zonas calcinadas para ver como han ido evolucionando. En algunos caso, un monte se ha transformado en un pasto o, en su lugar, aparece una casa.