Dani Pendín tuvo una despedida amarga del Castellón

T. R. PONTEVEDRA/LA VOZ.

PONTEVEDRA

28 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Dani Pendín, el futbolista argentino que a sus 35 años se desvinculó del Castellón para reforzar el centro del campo del Pontevedra tras la grave lesión de Pepe Aicart, ha mostrado su lado más tierno en la despedida del equipo valenciano tras militar cuatro temporadas en este club.

Con lágrimas en los ojos, el centrocampista argentino se despidió de sus compañeros tras la negociación con la directiva del Castellón, lo que propició que tuviese que viajar en coche hasta Pontevedra, aunque no fue él el que condujo ya que cuando le llegó la oferta del club de Pasarón apenas pudo dormir esa noche.

Considerado como un futbolista honesto dentro y fuera del terreno de juego, cuando no fue alineado ha sabido asumir su rol y aceptar sin problemas las decisiones del técnico, al igual que cuando fue protagonista siempre lo ha todo por los colores albinegros, por lo que lo que más le indignó fue que ningún miembro de la directiva le animase a continuar en el club castellonense.

Ofertas enfrentadas

Otra cosa muy distinta fueron las cantidades que se han manejado durante la negociación de Dani Pendín. En la ciudad valenciana se habló mucho de que la oferta que le hizo el Pontevedra al argentino era irrechazable, algo que no encaja en las cantidades que se han manejado en la ciudad del Lérez. Aunque la participación del equipo granate en las dos eliminatorias de la fase de ascenso ha supuesto un refuerzo importante para las arcas del club, la liquidez sigue mostrando unos picos que no encajan en esa «oferta irrechazable».

Otra cosa distinta será que si el Pontevedra logra el ascenso a Segunda División, los contratos de los futbolistas tendrán que incrementarse, pero eso no es más que una consecuencia de la categoría en la que militarán, en la que el movimiento económico es mucho más importante.

En la despedida de Castellón, Pendín dejó unas declaraciones en las que manifestó que le «dolía tener que dejar el club así, pero con esta propuesta me garantizo un año más jugando al fútbol», dijo el jugador a la prensa valenciana.

Triste, pero sincero, Pendín confesó que se marchó apenado, aunque espera compresión por parte de una afición que «me ha tratado genial». «Pido disculpas -añadió- a la hinchada si se siente ofendida, pero aquí no me han hecho una contraoferta. Me voy con mis hijos llorando como si tuviera un puñal clavado en el pecho», manifestó, para concluir que «Castellón y el Castellón son y serán siempre mi casa, pero yo tenía que mirar por mi futuro profesional», añadió.