Navas calienta Moscú

PONTEVEDRA

25 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El duende de Los Palacios se apareció ayer en Moscú para calentar un muermo de partido en el que el frío ruso y la cicatera apuesta de Jiménez anulaban el juego visitante, mientras la falta de puntería hacía lo propio entre los de casa.

El encuentro amenazaba ruina y solo se mantuvo en pie con un par de fogonazos. El ciclotímico Navas fue el encargado de animar el cotarro con el centro perfecto, después de una de sus habituales cabalgadas. Hay pocos extremos en el mundo con tanto desborde. Pero son menos los que combinan regate y pase; los que no culminan el eslalon con un melón lanzado a cualquier parte. Estilo este último que en los del Pizjuán personifica a días Capel, un estilete de cabeza gacha y exceso de revoluciones ausente ayer por lesión.

Con el rubio fuera y Perotti en el banquillo, el míster encomendó a Navas toda la profundidad visitante y el resto, a taparse. Romaric y Zokora escoltaron desde el doble pivote a un Renato que no la olió. El dúo marfileño derrocha coraje y quizá algún día uno de los dos se anime a dar un pase de más de un par de metros. Hasta entonces, el Sevilla considera el mediocentro zona tabú. Ellos no la tocan y se esfuerzan en que el rival tampoco.

Todo sucede en las bandas y ayer solo funcionó la derecha hasta que Perotti, diez veces más jugador que Adriano, dio el relevo al brasileño. A la espera de ese momento, Navas pudo con todo. En el minuto 25, sin noticias todavía de los de Nervión, el 7 agarró la moto, se fue de su par y la puso, medida, entre la pierna de Ignashevich y la manopla de Akinfeev. La bota de Negredo esperaba al final del túnel para empujar la bola dentro.

Gran despliegue de Fazio

Con eso y Fazio estuvo a punto de ser suficiente. El argentino impuso su físico en el bombardeo de balones sobre el área de Palop y allí donde no llegó, alcanzó la suerte del portero, inédito durante más de una hora, pese a que los rusos ya llevaban para entonces diez disparos. Casi todos llevaban la marca de Honda, el teñido japonés que junto a Mark González pone el toque exótico entre las huestes del CSKA. Fue precisamente el chileno el que enmendó la falta de puntería del nipón, en el segundo chispazo de la tarde.

Hipermotivado por el rival, el ex bético sobresalió por su entrega, culminada con un zurdazo perfecto desde más de treinta metros para sorprender a Palop y devolver las tablas en el minuto 65.

Después, mucha carrera contra el frío (hasta Del Nido cambió sombrero por gorro de lana); finos recortes de Perotti; otro par de centros envenenados del genial Navas desperdiciados por los puntas; y la acostumbrada aparición salvadora de Palop. El meta negó el gol al checo Necid en un mano a mano que bien puede valer unos cuartos.