El Barça, inmerso en una crisis de juego, recibe las primeras críticas de la era Guardiola

Alberto Bravo

PONTEVEDRA

25 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El fútbol del Barcelona sufrió ayer las primeras críticas de la era Guardiola, toda una novedad después de un año y medio cosechando elogios.

Johan Cruyff destapó la caja de los truenos, el propio Guardiola reconoció el mal momento y hasta la prensa catalana se preguntaba ayer: «¿Qué está pasando?».

El nivel mostrado por el equipo azulgrana fue tan excelso en los últimos tiempos que ahora sorprende cualquier atisbo de grieta. El equipo es líder de la Liga española y tiene pie y medio en los cuartos de final de la Liga de Campeones, pero eso no parece suficiente.

El Barcelona consiguió el martes un provechoso empate a un tanto en el campo del Stuttgart que le acerca a los cuartos de final de la Liga de Campeones. Pero las sensaciones que dejó, especialmente en la primera parte, no fueron buenas.

Así lo reflejaba ayer la prensa de Barcelona. «El equipo está en horas bajas, sin chispa, sin profundidad, sin remate a gol. Guardiola tiene un problema», afirma Sport . «Es deplorable que el campeón se vea retratado en Alemania por un jugador secundario llamado Cacau», añadía el Mundo Deportivo .

Las palabras de Cruyff

Las dudas comenzaron el 14 de febrero con la derrota por 2-1 ante el Atlético de Madrid y se reavivaron en la siguente fecha de la Liga española, pese a que el Barcelona goleó por 4-0 al Racing. Todo este aluvión de reproches tuvo su capítulo más importante el lunes, cuando Cruyff comentó en El Periódico de Cataluña que el partido ante el Racing «fue el peor de la era Guardiola».

Cruyff es algo así como un oráculo del barcelonismo, la opinión más influyente del entorno azulgrana. Basta un comentario suyo para que todo se agite alrededor del club.

Hasta Guardiola asumió como suyas las críticas de Cruyff y tras el partido ante el Stuttgart se mostró lo más contundente posible: «Tenemos que mejorar para aspirar a ganar las cosas».

Ahora todos los analistas se esfuerzan en encontrar explicaciones: unos dicen que el equipo juega con lentitud, otros argumentan que hay futbolistas en baja forma, algunos reprochan falta de intensidad en los partidos y tampoco faltan los que hablan de lesiones como las de Daniel Alves. «Sé por qué no jugamos bien», aseguró Guardiola. Pero envuelve las causas del mal juego en un halo de misterio muy propio de su figura.

La ventaja del Barcelona es que su eventual bajón no tiene reflejo en los resultados, que siguen siendo óptimos, con la única mancha de su eliminación en la Copa del Rey.