Pablo Alfaro llegará a las ocho de la mañana al aeropuerto de Peinador

Tino Rascado

PONTEVEDRA

El nuevo técnico ?será presentado en ?el hotel Rías Bajas y después almorzará ?con sus colaboradores

26 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Pablo Alfaro ya solucionó sus compromisos para poder hacerse cargo de la dirección técnica del Pontevedra. El ex jugador del Zaragoza, Barcelona, Atlético de Madrid, Racing de Santander y Sevilla, ciudad en la que reside, tiene previsto llegar a las 8 de la mañana de hoy al aeropuerto de Peinador, muy cerca de donde dirigirá el domingo el primer partido frente al filial del Celta ya que el derbi menor se jugará en el campo de Barreiro.

Su presentación a los medios será hoy, a las 12 horas, en el y posteriormente almorzará con los integrantes del cuerpo técnico para conocer el estado físico y anímico de los jugadores tras la quinta jornada encajada ante el Montañeros.

Para ir haciéndose una composición de lugar de la plantilla le han hecho llegar un vídeo del encuentro contra la Ponferradina en El Toralín, donde no fue capaz de darle la vuelta al marcador a pesar de que el equipo del Bierzo apenas arriesgó en la segunda parte en un encuentro en el que ambos aspirantes a la promoción de ascenso se jugaban mucho.

Almuerzo del cuerpo técnico

Después de la comparecencia ante la prensa y del almuerzo con el cuerpo técnico le espera la primera sesión de entrenamiento en Príncipe Felipe.

Entre los compromisos que le impidieron aterrizar ayer en Pontevedra estaba su condición de comentarista con Canal Sur para los partidos de la Champions del Sevilla.

Mientras, las cinco derrotas que ha encajado el Pontevedra le obligarán a reaccionar con urgencia para evitar que se consoliden equipos como la Ponferradina y Palencia en los puestos de promoción para recuperar el terreno perdido en los altibajos que ha mostrando el conjunto pontevedrés en las catorce jornadas que se han disputado.

Uno de los objetivos de Alfaro será recuperar anímicamente a los jugadores. Especialmente contra el Lugo y el Montañeros la sensación que mostró ante su afición fue de hundimiento. Fue un querer y no poder ante rivales inferiores a la de los de Pasarón. Y solo le quedan dos entrenamientos.