Hasta el más despistado de los vilagarcianos pudo darse cuenta de que, durante el puente del 1 de mayo, algo raro pasaba en la ciudad. Grupos de jóvenes con gafas de sol y cara de haber dormido poco asomaban por las calles, advirtiendo a quien no lo sabía que Vilagarcía se había convertido en la capital de Galicia de la música alternativa. Y todo gracias al Festival do Norte, un certamen que en su octava edición ha pulverizado sus propias marcas de participación.
El éxito ya se olía en la primera jornada de conciertos. El viernes, unas 7.000 personas inundaron el recinto exterior de Fexdega para disfrutar con el menú musical diseñado por los organizadores del evento. Cuando, hacia la medianoche, subió al escenario X-Wife, la carpa estaba completamente abarrotada de público. Tanto, que parecía imposible superar esas cifras. Pero se superaron. La segunda jornada de conciertos -que arrancó el sábado a primera hora de la tarde y finalizó el domingo a las cuatro y media de la madrugada- fue aún más multitudinaria. Unas 9.200 almas se dieron cita en Fexdega para disfrutar de la música de, entre otros, Vetusta Morla. La banda llegó, tocó, y sació las expectativas de su legión de seguidores con un sonido excelente.
Aunque tras la actuación estelar de la jornada fueron muchos los que decidieron abandonar el recinto del festival para adentrarse en la noche vilagarciana, también fueron miles los que optaron por quedarse para el fin de fiesta en Fexdega. Corrió este a cargo de una selección de pinchadiscos. Con la música de Rober Bodegas Dj y Onurb Blows Dj, el Festival do Norte cerró su octava edición.
Ayer, agotados tras un largo fin de semana, los asistentes a esta cita con la música alternativa recogían sus bártulos, plegaban sus tiendas de campaña, y se preparaban para regresar a sus casas. Algunos con el firme propósito de regresar el año que viene a un festival que ha ido, poco a poco, cogiendo cuerpo. Para muestra, la mezcla de acentos que se oyó en Fexdega todo el fin de semana: gallegos de costa y de interior, del norte y del sur, compartieron espacio y fervor musical con gente procedente de toda España.