La matanza de reses de la semana pasada tuvo un precedente macabro con idéntico número de ejemplares acuchillados hace poco más de un año. En aquella ocasión, el suceso ocurrió en el otro extremo de Cimadevila, la misma aldea de Campo Lameiro que ha repetido como protagonista este mes.
En el 2008, la asociación de la Rapa de Sabucedo denunció la aparición de ocho caballos acribillados a cuchilladas en una zona de monte de la parroquia de San Cristovo de Couso, en Campo Lameiro, en un área situada entre los lugares de Cimadevila y Castro de Orto.
La diferencia de este año con la del pasado es que mientras que en el 2008 las reses aparecieron muertas alejadas de las casas, en este mes los regueros de sangre y la propia aparición de un potro muerto en la aldea no deja lugar a dudas sobre el lugar de la matanza.
En el macabro acontecimiento del 2008, todos los ejemplares eran hembras embarazadas, menos un garañón. La violencia del ataque fue de tal envergadura que varias de las yeguas llegaron a echar al feto fuera en su agonía.
Desde la Rapa se indicó ayer que todos los años hay muertes entre los animales. Hace un tiempo en Souto (A Estrada) alguien llegó incluso a abatir a algunas bestias a tiros. Indignados por la reiteración de los ataques violentos contra sus equinos, los responsables de Sabucedo solo tienen una palabra para calificar los hechos: «vergüenza».