Once mámoas y su entorno en el monte de Marín y Vilaboa serán objeto de una protección especial

La Voz

PONTEVEDRA

23 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Las nueve mámoas de Chan de Armada, entre Marín y Vilaboa, la de Pedralonga, junto al área recreativa del lago de Castiñeiras, y la Mámoa do Rei, en Vilaboa, serán objeto de una prospección arqueológica en los próximos meses, dentro de un proyecto a nivel gallego impulsado por la Consellería de Cultura. Se trata de un primer paso para la declaración expresa de estos restos arqueológicos como Ben de Interese Cultural (BIC), que permitirá dotarlos de una calificación legal y jurídica que impedirá su destrucción o podrá penalizarla severamente.

Se da la circunstancia de que una de las mámoas cuya protección se prevé en Marín, la de Pedralonga, resultó muy dañada por los trabajos de la carretera que hace diez años abrió la Xunta para acceder desde Cadro a Castiñeiras. La declaración como BIC impedirá que esta situación se pueda volver a repetir en el mismo dolmen o los cercanos.

Los trabajos incorporan la prospección arqueológica intensiva del contorno de los yacimientos, la situación por GPS de los monumentos y su área de protección, la delimitación gráfica de los mismos, y la creación de fichas normativizadas para cada sitio.

Las mámoas de Chan de Armada son uno de los numerosos conjuntos megalíticos existentes en O Morrazo. Precisamente este año se está llevando a cabo la excavación y restauración de una de ellas a cargo del plan europeo Proder al amparo de la ruta de senderismo comarcal.

Pedralonga tenía, antes de su destrucción parcial, una cámara formada por diez grandes losas, de las que dos tenían abundantes grabados en forma de líneas horizontales, de significado desconocido.

Por último, a Mámoa do Rei, es un túmulo funerario de 30 por 20 metros que fue excavada y adecentada por Patrimonio hace unos años.