El navegante solitario y el Polo Norte

Nino Soto nino.soto@lavoz.es

PONTEVEDRA

13 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Zarpó de Sanxenxo un día frío de febrero. Curiosamente el 29 de un año bisiesto. Suso Leiro, el navegante solitario de Portonovo siempre quiso hacer el viaje que concluyó esta misma semana, una travesía que lo condujo a tocar el Círculo Polar Ártico. El hielo le impidió continuar más al Norte de Groenlandia, isla autónoma perteneciente a Dinamarca. El intento de arribar al casquete glacial en dirección Terranova tuvo que ser abortado para su desgracia. Sin embargo, fueron un total de 4.556 kilómetros desde Galicia hasta el territorio danés. Aunque su odisea empezó con problemas (en A Coruña le impidieron navegar hasta Irlanda debido a un temporal) tuvo un final feliz.

Su trayecto estaba cargado de icebergs. «Eran de medo, xa que o 90% da súa masa está baixo o mar», relató Suso Leiro poco después de alcanzar el puerto deportivo Juan Carlos I de Sanxenxo hace unos días. Los obstáculos fueron definidos por el propio aventurero como piramidales, rectangulares, largos, de colores parecidos al barro, azules y blancos. Este año sí alcanzó parcialmente su meta, situación que no ocurrió en el viaje emprendido el año pasado. En 2007, tuvo que regresar pero no antes de tocar el punto donde se hundió el Titanic, el trasatlántico más famoso del mundo. Terrorista irlandés, espía estadounidense. Suso Leiro aseguró que allí donde atracó su velero fue cordialmente recibido por las gentes del lugar, pero no tan gratamente por la policía de las distintas localidades. La peor experiencia fue en Groenlandia. Allí tres agentes «enormes como cabalos», lo obligaron a bajar del barco. El llanero solitario marino sabía que no podía ser retirado de su barco sin su consentimiento, pero no opuso resistencia. En el velero le encontraron un periódico que había comprado en el Úlster, lo que llevó a la policía de Groenlandia a pensar que era un terrorista del IRA. Después le descubrieron un libro con la biografía de Barack Obama, y cambiaron de parecer. Suso Leiro ahora era un espía de la CIA. Lo del espía tiene gracia. Las autoridades se creyeron que el portonovés buscaba petroleo. «Tamén pensaron que era un contrabandista de armas. Home ves a un home chegar nun veleiro. O que fixeron, de todas as formas, é un xesto internacional feísimo».