Alfredo Di Stéfano apelaba en el 93 a la «esperanza de un Pontevedra como el de ''Hai que roelo''»

La Voz

PONTEVEDRA

31 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando el Príncipe Felipe estuvo en 1987 en la Escuela Naval Militar de Marín fueron varias las veces en que aprovechó para desplazarse a comer a Casa Román, incluso en una de ellas acompañado de la Infanta Cristina. Su paso fue el primero que recoge el libro del restaurante, con una de las tarjetas de la Casa Real que posteriormente envió el heredero de la Corona.

Desde entonces, la lista de dedicatorias de personajes públicos de todos los ámbitos que recoge este volumen ha crecido mucho y revisarlas es revisar la propia historia del restaurante. Esta peculiar acta reúne estampas como por ejemplo el almuerzo que tuvo Aznar con Fraga en 1991, cinco años antes de convertirse en presidente, o otra multitudinaria comida popular con Ana Pastor, Francisco Camps, Loyola de Palacio o Federico Trillo, cuando las aguas del PP andaban menos revueltas. Santiago Carrillo, Joaquín Leguina o Joaquín Almunia estuvieron por la izquierda.

Firmas

Los toreros son fijos, como Enrique Ponce, Francisco Rivera, El Cordobés padre, Palomo Linares o también José Tomás. Aunque a Román Vidal sin duda le van las dedicatorias de los deportistas. Un recuerdo del que guarda especial cariño es la fotografía junto a uno de sus ídolos del Real Madrid, Amancio, que se hizo con el jugador en el restaurante de su padre en Sanxenxo. Pero sin duda su trofeo es la dedicatoria del ciclista Miguel Indurain, «un crac». «En mi vida siempre he querido conocer a dos personas, a él y a Michael Jordan; con Indurain ya lo he conseguido, aunque a Jordan lo veo muy difícil...», cuenta.

Otro futbolista, Alfredo Di Stéfano, dejó su impronta en 1993 con un mensaje que ahora cobra actualidad: «Con la esperanza de un Pontevedra como el de Hai que roelo».

Y hay quien se lo trabaja más, como el periodista José Domingo Castaño: «Venir a Pontevedra es venir a la belleza y al paladar más puro de mi tierra».

Firman cantantes, como Aute, con un precioso dibujo, Julio Iglesias o Miguel Ríos; premios Nobel como Pérez Esquivel con un «eterno saludo de paz y bien» y actores y actrices, la última Silvia Abascal. Y aquí, según Román, ninguno ha tenido caprichos de famoso.