Las sucesivas transformaciones de un icono de la moda

B. R. S.

PONTEVEDRA

28 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Lenny Kravitz es un icono de la moda, por eso no sorprende que en la gira europea que inicia mañana en Vigo, su estilismo corra a cargo de la diseñadora y directora creativa de Gucci, Frida Giannini. El músico ha renovado todo su armario con una veintena de trajes y accesorios como cinturones con enormes hebillas, y vaqueros pitillo y cazadoras de cuero entalladas. «Mi abuela era cheeroke y siempre llevo pieles indias antiguas». Pero el músico norteamericano siempre ha sido muy aficionado a probar todo tipo de looks a lo largo de sus ya más de veinte años de carrera. Empezó tímido en 1986 con su disco Let love rule , pero enseguida le cogió el gusto a los cambios de imagen y con su segundo álbum, Mama said , apareció con rastas y vestido a lo hippy. La actitud de Leonard Kravitz ha trascendido géneros, estilos, razas y clases. El hijo del productor de televisión de origen ucraniano Sy Kravitz, y la actriz afroamericana Roxie Rocker, siempre se ha identificado con la raza negra, a pesar de ser mulato. Las gafas, los tatuajes y los piercings forman parte de su estilo habitual. Su cabellera de rizos encrespados ha sufrido sucesivas transformaciones, pero en los últimos años ha apostado por el pelo corto y por un estilo más serio, acorde con su madurez, que le lleva a asistir a numerosos desfiles de super marcas. La influencia musical de artistas cono Jimmi Hendrix o Prince se han dejado notar en sus composiciones y también en su propia imagen. La que no se nota nada estéticamente es su pasión por los Beatles. Dedicó sus primeras ganancias a comprar la mesa de grabación en la que el grupo grabó la mayor parte de sus canciones en los míticos estudios Abbey Road. Hoy no la vendería por nada del mundo.