pontevedra | El pasado domingo por la noche, la plaza de A Ferrería volvió a quedarse pequeña para acoger el concierto de Fangoria. Alaska y Nacho Canut no se dejaron llevar por la nostalgia y no tocaron ninguno de sus éxitos de los tiempos de la movida madrileña, aunque, eso sí, se atrevieron a versionar el Quiero ser santa, de Parálisis Permanente.
Fangoria dividió su espectáculo en dos partes, una en la que vestía de blanco riguroso y otra, en la que, retornando a sus orígenes, optaron por el negro. Si en la primera fase del espectáculo dominaron los adornos electrónicos que caracterizan su último trabajo discográfico, El extraño viaje, en la segunda la plaza vibró con los sonidos a los que tiene acostumbrado el dúo a su público.
En el intermedio, un momento de humor cuando el escenario fue ocupado por el primer grupo de reggaeton travesti.