No cabe duda de que el bandolero gallego más famoso de comienzos del siglo XX en Galicia fue Mamed Casanova, Toribio, autor, con otros, del crimen de As Grañas do Sor. Detenidos sus compañeros, estuvo huido por los montes del norte de Lugo y A Coruña durante meses, perseguido por la Guardia Civil. Ahora, su captura en Freixo, con la decisiva colaboración del cura de la parroquia, puso momentáneamente fin a sus aventuras. Juzgado en A Coruña fue condenado a muerte, aunque se le conmutó por cadena perpetua, gracias a la intercesión de su madre ante el rey Alfonso XIII, aprovechando la visita del monarca a Santiago. Enviado al penal de Ceuta, allí mató, con un tenedor, a un cabecilla de los presos, porque lo quiso violar analmente. Posteriormente fue llevado a Santoña y Valencia, siendo puesto en libertad en 1926. Por A Coruña apareció en 1932, pidiendo limosna por sus calles. También estuvo en la parroquia de su villa natal, Grañas de Sor, aunque se presentó con otro nombre y ocultando su pasado. Jose Antonio Durán da 1946 como fecha de su muerte.