Las medidas que quiere tomar el Gobierno para modificar el acceso a la prestación de desempleo no sólo no perjudicarán a las empresas de trabajo temporal (ETT), sino que podrían beneficiarlas. Al menos esto es lo que creen en una de estas oficinas, Adecco, en el centro de Pontevedra. Joaquín, que trabaja allí, opina que «si la gente no quiere que la obliguen a aceptar un trabajo a 50 kilómetros de su casa, acabará viniendo aquí a buscar otro más cerca». Se acerca el mediodía, y la oficina está desierta. Sólo Joaquín parece absorto en su actividad, con la mesa enterrada en papeles y la pantalla del ordenador repleta de cifras que parpadean. A su juicio sí hay gente que abusa de las prestaciones de desempleo. «Sin duda alguna», contesta, lapidario, apelando a su propia experiencia profesional. «Cada día entran en esta oficina muchísimas personas para traer su currículum; a cualquier hora hay actividad aquí. Y entre la gente que viene se puede ver perfectamente quién quiere trabajar y quién no». Admitiendo que hay situaciones personales en las que desplazarse es más complicado que en otras, para él lo de menos es a dónde hay que ir para trabajar: «Aquí se contrata a gente para puestos a más de 50 kilómentros, y no hay problema; yo a veces tengo ofertas en la zona de Lalín, y aún está lejos, pero si al trabajador le dan una compensación por el transporte y la comida no pone objeciones». Una reforma como la que propone el Gobierno, con recortes en la pensión a quien rechace varios trabajos considerados adecuados, «obligaría a la gente a moverse más».