«¿Por que da a sensacion de que a señora Calvo só entende que a liberdade de expresión protexe todo o que se diga salvo que sexa ela a criticada?»
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Barreiro dedica su reflexión a Carmen Calvo, que condenó la aparición de una muñeca con su cara ahorcada en Santiago. «Ni la violencia ni las amenazas», dijo, «tienen cabida en una democracia. Así no». Una declaración en abierta contradicción con las últimas declaraciones de la vicepresidenta en materia de libertad de expresión, porque lo último que sabemos de Calvo es que está preparando una ley para que las manifestaciones culturales o que sean expresiones de laicismo estén defendidas por la libertad de expresión.
Siendo el Entroido pura cultura y laicidad, según parece, es incomprensible que Calvo se enfade salvo que quiera ser la única excepción a la crítica zafia, grosera e inculta que en este momento prolifera en España. ¿Qué diría si apareciera colgado un obispo, un juez o el Rey? La ofensa, que Barreiro cree que no es tal, sino algo típico del carnaval. Más parece una jaculatoria que una ofensa a la vista de lo que se dijo de todos los demás a los que se niega la posibilidad de defenderse.
«¿Por que non habendo ningunha excepción máis clara que o Entroido fronte o raseiro da correción, da a sensacion de que a señora Calvo só entende que a liberdade de expresión protexe todo o que se diga salvo que sexa ela a criticada?».