El profesor que espera Pablo sigue sin llegar a Xunqueira de Ambía

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

XUNQUEIRA DE AMBÍA

Santi M. Amil

Un alumno que está inmovilizado en casa carece de asistencia educativa pese a haberle sido aprobada

19 dic 2016 . Actualizado a las 08:10 h.

Pablo, un niño ourensano de seis años, lleva sin ir al cole desde finales de octubre. Tuvo la mala pata de romperse el fémur jugando al fútbol y, después de unos días en el hospital, permanece inmovilizado en su casa de Xunqueira de Ambía. Al ser una baja que le obliga por prescripción médica a estar más de un mes en su casa, el alumno -que cursa primero en el CEIP Padre Crespo- tiene derecho a recibir atención educativa domiciliaria, según el protocolo que aprobó la Consellería de Educación el año pasado. Es decir, podría disponer de un profesor que le ayudara a seguir el curso desde su propia casa, ya que no se puede mover. Lo paradójico es que, aunque la administración le reconoció que reúne los requisitos y aprobó que se le envíe este profesor, el docente todavía no ha llegado.

Desde el 23 de noviembre, fecha en la que la jefa territorial de Ourense firmó la concesión del profesor, no ha habido noticias de la Consellería, que afirma que está trabajando para incorporar al profesor cuanto antes, pero quedan tres días lectivos para las vacaciones de navidad y el niño sigue sin apoyo docente en casa.

De momento son los padres, a ratos libres cuando llegan de trabajar o a la hora de comer, los que le ayudan a trabajar con los libros o las fichas que le mandan del colegio a través de dos primos. Como alumno de primero, Pablo está aprendiendo las operaciones básicas en matemáticas y a leer y escribir. «No sé si lo estamos haciendo bien o mal», duda la madre, Aurora Arteaga, quien teme que su hijo acumule retraso respecto a sus compañeros, pues tiene para dos meses de baja por esta lesión. Tras unos primeros días de espera, la familia sospecha que la administración se ha querido ahorrar los días prenavideños, con varios festivos intercalados y que ya no mandarán profesor, si lo hacen, hasta después de las vacaciones. «Si yo no lo escolarizo, cometería una negligencia o me llevarían a menores. Pero si no me dan esa opción, ¿quien la está cometiendo, ellos o yo?», se pregunta la madre. Entretanto, Pablo echa mucho de menos el cole, aunque algunos compañeros le visitan.