El dilema de los purines en A Limia

edith filgueira OURENSE / LA VOZ

XINZO DE LIMIA

Agostiño Iglesias

Administración, profesionales del sector agrícola y ecologistas buscan solución a la contaminación

01 mar 2019 . Actualizado a las 13:04 h.

Esta semana el director xeral de Gandeiría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, José Balseiros, se reunía con representantes de diferentes colectivos de agricultores, ganaderos, regantes y ecologistas de la comarca ourensana de A Limia para conocer sus inquietudes. La gestión de los residuos generados por las explotaciones intensivas y la mejora de los canales de drenaje de la zona -reclamos que vienen de lejos por parte de los profesionales del sector y los grupos ecologistas- fue el eje central de la mesa. En tres semanas podría ponerse fecha a la mesa definitiva en la que se planteen las soluciones por parte de la Consellería y puedan aportar ideas todos los grupos interesados.

¿Cuál es el problema generado por los purines de la ganadería?

Asociaciones como el Movemento Ecoloxista da Limia y Auga Limpa Xa llevan años denunciando los altos niveles de nitrato reflejados en los controles de calidad del agua de la comarca. Esta contaminación, afirman, podría estar relacionada con el alto índice de casos de cáncer que registra la población y otras enfermedades prevenibles. Además, se relacionan los vertidos con la presencia de cianobacterias que discurren por el cauce del Limia y terminan en el embalse de As Conchas. En la comarca existen alrededor de trescientas granjas, con lo que el control exhaustivo de la gestión de residuos resulta complicado.

«Nosotros entendemos que existe una problemática derivada de las malas prácticas y malos usos que se le están dando a los residuos de las explotaciones ganaderas, tanto de porcino como de ave. Es verdad que hay ciertos depósitos en zonas en las que no deberían existir, sobre todo por las circunstancias especiales del suelo de A Limia o por la cercanía en determinados casos a los canales que podrían ocasionar vertidos a los cauces», confiesa el director xeral de Gandeiría.

Los purines se vierten en ocasiones irregularmente, entre otros motivos, por la falta de limpieza de los canales de evacuación. «A veces se colapsan con restos de ramas u hojas y no sirven para drenar y evacuar el agua que puede quedarse estancada en las parcelas o en los propios canales», argumenta Balseiros admitiendo que existe una disyuntiva a la que urge poner solución.

Parte de los ganaderos y agricultores confiesan la problemática pero de forma opaca, sin querer exponerse en público, y lamentan que la Administración imponga sanciones y no ofrezca soluciones a los empresarios y trabajadores del sector, que son una amplia mayoría en la comarca ourensana.

¿Hay una solución que pueda contentar a todas las partes?

«Debería haberla. Es una zona de enorme valor medioambiental y, a su vez, la de agricultura extensiva de mayor importancia de Galicia. Lo que pasa es que existe un desequilibrio evidente por los residuos que se generan en las explotaciones ganaderas. Lo ideal sería que se pudiera utilizar en las zonas agrícolas y los excedentes se tratasen en la planta de Sarreaus que se va a reabrir. Xinzo podría ser un ejemplo de cómo puede convivir la agricultura con la ganadería, sin dañar el medio ambiente», responde Elvira López, profesora de Producción Vegetal en la Universidad de Santiago de Compostela (USC).

Desde la Consellería contestan también en positivo. «Somos conocedores de que es una comarca que está castigada por la aglomeración de explotaciones, pero también es una comarca que ofrece oportunidades de cultivo excepcionales y por tanto debe ser objeto de un tratamiento específico para que los productos que salgan de la comarca tengan una alta calidad y un gran valor añadido», añade el director de Gandeiría, tras el encuentro mantenido con los profesionales en Xinzo el lunes.

¿Debe formarse mejor a agricultores y ganaderos para que no incurran en prácticas nocivas?

La materia orgánica mejora las propiedades físicas y biológicas del suelo y sirve como depuradora del mismo, por lo que los abonos son necesarios. Pero es importante saber cómo y cuando aplicarlos. «El purín no debe echarse a mediodía, por ejemplo, porque hace más calor y se elevan las emisiones de amoníaco. Es mejor aplicarlo al atardecer y cuando hay más humedad en el ambiente. También se puede echar y enterrar inmediatamente para que las emisiones se reduzcan considerablemente. Son prácticas que no suponen una inversión a mayores para el agricultor», sostiene la docente universitaria.