«Beiras y Núñez Feijoo son los políticos gallegos con mejor oratoria»

sindo martínez XINZO / LA VOZ

XINZO DE LIMIA

Íñigo Rolán

Iván Olmos se alzó campeón mundial de discursos en el campeonato universitario de debate en español

09 ago 2018 . Actualizado a las 16:37 h.

A sus 24 años, el flamante campeón del mundo de oratoria, Iván Olmos Ferreiro, apunta alto. Tras lograr el título del mejor discurso en Chile hace unas semanas, este antelano de corazón y ourensano de residencia lleva desde los 18 años imbuido en el proceloso mundo de la palabra. No descarta dedicarse en el futuro a la política -ya ha recibido varias ofertas en ese sentido- pero prefiere valorar sus opciones antes de dar el salto a la cosa pública. Su trayectoria le ha hecho merecedor de diversos reconocimientos, entre ellos el nombramiento de hijo predilecto del ayuntamiento de Xinzo.

-¿Cuándo comenzó su afición por la oratoria?

-Empecé a los 18 años en la universidad, en foros de debate. Estudié Comunicación Audiovisual, ahora he retomado Ciencias Políticas en la UNED y también hice un máster en Administración de Empresas.

-¿Cómo se desarrolló el campeonato del mundo que ganó en Chile?

-Se basa en un concurso de oratoria individual. Hay varias fases eliminatorias en las que hay que improvisar sobre diferentes temas; finalmente, quedamos tres concursantes en una exposición de 15 minutos y resulté ganador.

-¿Qué hace falta para ser un buen orador o comunicador?

-En mi caso me sirve leer mucho, tanto literatura como ensayos. También ver muchos discursos, incluso monólogos humorísticos. También hay que tener capacidad empática.

-¿Qué está prohibido en este tipo de concursos de debate?

-Las falacias. Hay que pensar y exponer razonadamente. No se trata tampoco de ejercer la persuasión emocional, sino de plantear argumentos sólidamente elaborados. Esa es la base para la valoración de los jueces en este tipo de concursos.

-¿Qué grandes oradores o comunicadores políticos o sociales le han marcado?

-Son muchos. Salvador Allende, Obama, Churchill... Luego hay otros discursos memorables por el contexto o el momento social, como el de Luther King en Washington. No hay que estar de acuerdo con las ideas que se expresan necesariamente. Hitler era un gran orador. Blas Piñar era otro. Rajoy es un buen parlamentario, pero un flojo orador. En general, los debates parlamentarios en la transición política eran muchos mejores que los de ahora, como los de Carrillo y Suárez, por ejemplo. A nivel estatal ahora creo que están muy sobrevalorados Pablo Iglesias y Rivera.

-Dígame un buen orador político gallego...

-En las últimas décadas destacan Feijoo y Beiras. Ana Pontón ha mejorado mucho últimamente. El PSOE gallego, por el contrario, hace tiempo que no cuenta con un orador sólido.

-¿Qué no se puede hacer nunca para fabricar un discurso?

-Insisto en que lo más grave es utilizar sistemáticamente las falacias argumentales o lógicas, algo que es bastante habitual. Se trata, en muchas ocasiones, de repetir argumentos recurrentes y sin sentido. Por ejemplo, Podemos es Venezuela. Todo ello para intentar rebatir las posiciones de los demás.

-¿Qué importancia tiene la comunicación no verbal en un discurso?

-Bajo mi punto de vista, limitada. Desde el debate televisivo entre Kennedy y Nixon a esto se le da mucha importancia; demasiada. Hay algo más relevante: El paralenguaje, es decir, el tono de voz, las pausas, los silencios, eso es enormemente trascendente en un debate o discurso, y no mover demasiado o demasiado poco las manos. Hay que ser natural. Pedro Sánchez, por ejemplo, era algo impostado, muy controlado y planificado. Ahora va mejorando.

-¿Piensa dedicarse a ser entrenador de comunicación política?

-No es descartable, pero el buen coach no solo debe enseñar al político a comunicar bien. Debe ser un estratega, entender de política. Creo que hoy día hay muchos de estos coach que no saben mucho de esta cuestión. La política no es solo comunicación, aunque esta sea una parte muy importante de ella.

-¿Entrará en política?

-Fui candidato por Xinzo Adiante en las últimas elecciones municipales y no voy a ocultar que he recibido varias ofertas en los pasados meses. No obstante, no soy una persona muy propensa a seguir siempre y a toda costa las directrices que te den desde la cúpula de una formación política. Tengo mis propias opiniones y nunca las traicionaría.