«Me dijo 'voute matar', y luego me dio con la pala en la cabeza»

m. v. OURENSE / LA VOZ

XINZO DE LIMIA

Agostiño Iglesias

Reclaman diez años de prisión para el presunto autor de un intento de asesinato ocurrido en Trasmiras en 2016

06 jul 2018 . Actualizado a las 11:16 h.

«Me pegó con la pala en la cabeza, y yo me fui al suelo y ya no me pude levantar. No lo vi venir, pero escuché que me decía ‘voute matar’ y luego me golpeó». Así recordó ayer Juan Rodríguez el violento episodio que vivió en la mañana del 8 de marzo del 2016, a las puertas de su casa, en Trasmiras. Terminó en el suelo, en medio de un charco de sangre y con graves lesiones, después de haber recibido varios golpes con la misma pala, por parte presuntamente de Luis Rodríguez, a quien por estos hechos se imputa un delito de asesinato en grado de tentativa por el que podría ser condenado a diez años de prisión.

Ambos ya se habían visto esa misma mañana en otro entorno. El de una sala de vistas de un juzgado de Xinzo de Limia, donde habían tenido un juicio de faltas. Este podría haber sido el detonante del incidente que ocurrió después, cuando ambos habían vuelto al pueblo. Tal y como reconoció ayer la víctima, son primos carnales, pero «habían tenido algunos problemillas». Así que hacia el mediodía, Juan se dirigió a la furgoneta que tenía aparcada delante de su casa para coger la cartera que se había dejado en el vehículo, porque se iba al bar a tomarse un café. No llegó a hacerlo, apenas había abierto la puerta oyó el grito de su vecino y cayó al suelo. «No me pude defender», contó, recordando que ya en el suelo el agresor siguió pegándole. «Deume algún golpe máis, pero eu xa non sentía nada, estaba inmóvil e aturdido», relató, recordando que mientras esto ocurría el agresor gritaba «voute dar na cabeza para que aprendas». Desde la cocina de casa, su esposa, Francisca Moure, escuchó los golpes, se asomó y vio las piernas del marido en el suelo. «Salí por la puerta del garaje y vi que Luis lo estaba golpeando con una pala, había mucha sangre en el suelo», explicó ella, que se enfrentó al agresor. «Le dije que se fuera, que a ver si quería matarlo», relató visiblemente nerviosa, recordando también que en ese momento el acusado se encaró hacia ella, como si quiera agredirla también.

Pero eso no ocurrió. Se marchó a su casa pero, antes de que llegara, fue visto con la pala por una panadera del pueblo, que también acudió enseguida para auxiliar a la víctima. Su mujer había llamado ya a una ambulancia, y ella avisó a la Guardia Civil. Durante el juicio, tanto la víctima como su esposa aseguraron que Luis Rodríguez no era una persona querida en el pueblo, por su carácter agresivo. «Es malo», dijo Francisca.

Se cayó contra la valla

El imputado, por su parte, fue el primero en declarar, sin aceptar los hechos que se le imputan en ningún momento. Según su declaración el día de los hechos fue a una finca que se encuentra en las inmediaciones de la casa de la víctima para plantar dos ciruelos. Llevaba una pala. Aseguró que invirtió unos quince minutos en esa tarea y que a la vuelta hacia su casa, cuando se encontraba frente a la de la víctima, esta lo atacó por detrás «con un tubo de hierro». «No me dio, pero volvió a intentarlo, y yo como pude aparté el hierro y le di con la pala en el codo y en el brazo», aseguró el imputado, afirmando que las lesiones graves que presentó el hombre fueron consecuencia de que, en el forcejeo, cayó contra el vallado de su casa.

A consecuencia de las lesiones Jesús sufrió heridas graves por las que estuvo en un primer momento en el hospital de Verín, para ser posteriormente derivado al de Ourense, donde ingresó en la UCI. Tardó, según recordaron ayer tanto el fiscal como la acusación particular, que ejerce el perjudicado, 312 días en curarse. «Desde entonces mi vida no ha vuelto a ser la misma», dijo el perjudicado, que padece secuelas importantes. Tampoco ha podido volver a trabajar.

Para las acusaciones lo ocurrido aquel día fue un asesinato en grado de tentativa, por el que solicitan una condena de 10 años de prisión para el imputado, además de 126.000 euros de responsabilidad civil. También reclaman que no se pueda acercar a la víctima durante doce años. Ahora el acusado reside en Vigo.