Llovió más en los cuatro últimos meses que durante todo el año pasado

Cándida Andaluz Corujo
Cándida Andaluz OURENSE / LA VOZ

XINZO DE LIMIA

Santi M. Amil

El mes de marzo fue el de mayor precipitaciones en Ourense de los últimos 30 años

05 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los miembros de la oficina técnica de la sequía de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil se reúnen mañana para estudiar la situación de la cuenca y todo hace prever que será el último encuentro, superados los datos desalentadores del comienzo del año hidrológico, en octubre del 2017. El pasado marzo revertió la situación, con lluvias intensas que llevaron a embalses y ríos ourensanos a alcanzar a principios de este mes una ocupación no solo alejada de ser preocupante, sino por encima de la media para esta época del año.

Como dato a destacar, en los últimos seis meses -sobre todo durante el pasado marzo- se recogieron un total 884 litros por metro cuadrado de lluvia en la provincia (un 10 % por encima de la media histórica), siendo la cifra total del anterior año hidrológico de 650. La jornada con más precipitaciones en Ourense desde que comenzó el 2018 fue el 12 de marzo, cuando se recogieron 110 litros por metro cuadrado, seguido del día 19, con 106,5. Abril también ha comenzado lluvioso, llegándose a acumular el pasado lunes, 36,9.

Estas precipitaciones se han dejado notar sobre todo en los embalses, que a día de ayer estaban, de media, al 73,8 % de su capacidad máxima, un 1,95 % más que la semana anterior. Este volumen es un 12,05 % mayor que la cantidad de agua embalsada hace un año.

En zonas como Os Peares, la acumulación de agua ha llegado hasta el umbral de activación por desbordamiento aunque, de momento, sin peligro. Rozando el máximo de capacidad está también el embalse de Peñarrubia, situado en el curso del río Sil, en el límite de la provincia de Ourense y la comarca de El Bierzo, que ayer se situaba al 99,6 % de su capacidad total. Incluso la presa de Portas, que es la de mayor capacidad de toda la provincia ourensana con un volumen total de agua embalsada de 536 hectómetros cúbicos, tiene una ocupación del 62 %. Y el embalse de As Conchas, que en los últimos años sufrió las consecuencia de las cianobacterias por el bajo nivel de las aguas, tiene cubierto un 87 % del total de su volumen, cuando hace un año se encontraba casi por la mitad.

Ríos casi llenos

El caudal circulante, el que corre por los ríos ourensanos, también ha experimentado en el último mes un crecimiento espectacular. Tanto que, si en el mes febrero de este mismo año estaba un 57 % por debajo del promedio para esta época del año, ayer se situaba un 134 % por encima.

Una diferencia considerable, ya visible en muchos de los ríos de la provincia, sobre todo en aquellas cuencas que el año pasado no vieron correr agua, como fueron los casos del Limia en Xinzo o el Caldo en Lobios. Este último es el que ha crecido más teniendo en cuenta los datos recogidos desde hace diez años.

Los que menos han aumentado, aunque el caudal es mayor al de hace un año, han sido el río Sil en O Barco de Valdeorras y el Miño a su paso por la capital ourensana. En este último caso hay que tener en cuenta que los anegamientos de las termas y de parte del mobiliario urbano que se encuentran en los márgenes del río se deben a su ubicación en zona inundable. Las lluvias proseguirán durante toda la semana en la provincia.

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«Estas son las consecuencias del cambio climático que ya estamos viviendo»

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS), Francisco Marín, presidirá mañana la oficina técnica de la sequía. Aunque los datos son más que evidentes, no quiere adelantarse sobre el levantamiento de la prealerta. Pero no le sorprende, afirma, este cambio brusco de la meteorología. «Estas son las consecuencias del cambio climático que ya estamos viviendo. Períodos largos de sequía con meses en los que no para de llover. Esa es una de las cosas que también trataremos en la reunión». Marín destaca el aumento significativo de los caudales circulantes, muy por encima de la media, en zonas en donde hasta hace poco casi no había agua. «En un mes ha cambiado todo», afirma. El presidente de la CHMS explica que el llenado en un 80 % de la mayoría de los embalses es un buen dato, aunque sería más positivo en meses como agosto y no en fechas en la que todavía pueda haber mayores precipitaciones. «Había tanta necesidad de agua, por el año tan seco, que a pesar de haber muchas más precipitaciones de lo normal en poco tiempo, no hemos tenido desbordamientos ni daños importantes. Si estas lluvias ocurrieran en un año húmedo, seguramente sí hubiésemos tenido problemas», explica. Y recuerda que para conocer qué influencia tienen y tendrán estos cambios bruscos en las cuencas del Miño y el Limia hay en marcha un proyecto europeo que se lleva a cabo en colaboración con Portugal, ya que las cuencas son compartidas.